
Pintar es una actividad que puede parecer poco exigente desde el punto de vista físico pero malos hábitos posturales mantenidos en el tiempo pueden llevar a lesiones en la columna. Hay hábitos que causarán dolor de cuello y otros dolor de espalda. Vamos a analizar por separado de forma sencilla los errores más frecuentes que debemos evitar.
Vamos a comenzar con el cuello. Si miramos la foto inicial del post, esta sería una postura adecuada por parte del pintor. ¿Por qué? Vamos a fijarnos en varias cosas.
– Uno de los gestos más dañinos para el cuello es mirar hacia arriba. Los ojos deben mirar hacia el frente y hacia abajo, pero nunca elevar la mirada por encima de la horizontal. Este gesto banal produce un desequilibrio en la columna cervical porque inhibe a la musculatura protectora que está en la región posterior del cuello. Para más detalles del por qué de este fenómeno te invito a releer el post acerca de la extensión cervical. En la foto podemos ver cómo ella está mirando al frente y su mirada está a la altura de la parte más alta del lienzo. De esta forma no tendrá que llevar al cuello hacia atrás.
– El brazo del pintor está en una posición cómoda. El codo está apuntando al suelo y está situado cerca del cuerpo. De esta forma los músculos del cuello no tendrán que esforzarse en exceso para mantener la postura. Si el brazo está más elevado (como vemos en la otra foto) los músculos del cuello tienen que trabajar más. No pasa nada por adoptar posturas momentáneas forzadas para retocar un detalle, pero si mantenemos esta postura más de un instante el cuello comenzará a sufrir. Si repetimos este tipo de gestos con mucha frecuencia vendrá el dolor de cuello y el desgaste a largo plazo.
En la segunda foto del post están los detalles de todo lo que deberíamos evitar. La mujer está mirando hacia arriba con el cuello situado en extensión (hacia atrás), y además, el brazo se encuentra elevado por encima de la horizontal. Está postura del brazo además es perjudicial para el hombro. Si mantenemos posturas con el brazo elevado y el codo apuntando hacia afuera vamos a favorecer las tendinitis de hombro con lesiones en el manguito de los rotadores (los tendones del hombro) tan latosas de curar.
En conclusión, por un lado hay que evitar tener que mirar hacia arriba, por lo que es importante tener a la altura de los ojos la parte del cuadro sobre la que estamos trabajando. Si el cuadro es de tamaño más grande y estamos trabajando sobre la parte más baja, debemos alejarnos para mirar cómo va quedando, evitando así mirar hacia arriba. Por otro lado, la postura del brazo debe ser relajada con los detalles comentados, evitando mantener más de unos pocos segundos posturas más forzadas.
En cuanto al resto de la columna, debemos controlar los tiempos que permanecemos de pie. Alternar entre estar de pie y estar sentados sobre una silla o taburete mientras trabajamos va a evitar fatigas excesivas en la parte baja de la espalda. Además de esto, es importante realizar descansos periódicamente en una silla con respaldo para evitar sobrecarga de la región dorsal y lumbar (zonas media y baja de la espalda).
Cuidando estos sencillos detalles podremos disfrutar de la pintura sin dolor y trasmitir alegría en nuestros cuadros.