
La analítica de sangre es una herramienta diagnóstica muy utilizada en la medicina y que casi todos conocemos. En una dolencia de espalda y/o cuello, ¿nos puede aportar algo? Vamos a analizar algunas situaciones:
– Un porcentaje no pequeño de las afecciones de la columna están originadas en enfermedades reumáticas. Estos son procesos relacionados con la inmunidad donde nuestras defensas están atacando a las articulaciones de nuestra espalda y produciendo dolor. En los inicios, este tipo de dolores pueden ser difíciles de distinguir de un dolor mecánico, más habitual. La analítica de sangre nos puede aportar muchos datos en este sentido. Primero para poder detectarlo, ya que se elevan lo que llamamos “reactantes de fase aguda” que son los valores como VSG y PCR que vemos en los resultados de la analítica de sangre (entre otros). En segundo lugar, permite ampliar el estudio para realizar el diagnóstico de la enfermedad concreta que estamos sufriendo. Un reumatólogo es el mejor especialista para guiar estos estudios.
– La analítica de sangre es muy útil para detectar una infección. En una dolencia de espalda, hay muchos procesos infecciosos que pueden estar detrás. Procesos fuera de la columna como pueda ser una infección en el riñón pueden dar dolor de espalda. En la columna, de forma poco frecuente afortunadamente, el origen del dolor puede estar en una infección que afecta al disco o las vértebras. Una tuberculosis o enfermedades de transmisión sexual (como la sífilis, chlamydia, etc), pueden llegar a producir dolor o incluso lesiones importantes en la columna. Si hemos pasado por una cirugía de columna la analítica forma parte de los controles para asegurarnos que no hay un proceso infeccioso posterior a la intervención. Tras una cirugía, las infecciones son una de las complicaciones con las que nos podemos encontrar.
– En algunas ocasiones la espalda duele y el origen del dolor no está en la espalda. No siempre es fácil diferenciarlo. En este blog hemos hablado de causas como el reflujo gastroesofágico, tan frecuente en la población. Hay muchas otras afecciones que pueden confundirse con un dolor puramente mecánico en la columna. Cuando los síntomas no están claros, nuestro médico puede optar por pedir una analítica de sangre que ayude en el diagnóstico. Hoy toca hablar de analíticas aunque no siempre será la que nos dé el diagnóstico. Incluso en estos casos, nos puede ayudar a eliminar otras posibilidades. Si vemos una anemia importante, por ejemplo, podemos pensar en un sangrado que puede provenir del aparato digestivo o de una disección arterial. No son cosas frecuentes pero pueden darse.
– La analítica de sangre nos puede ayudar a descartar ciertos tipos de tumores en el cuerpo que pueden estar provocando el daño.
– En ocasiones la analítica de sangre es importante para detectar problemas que están “colaborando” en nuestra dolencia. Un hipotiroidismo no detectado, por ejemplo, puede agravar dolores de columna, una lesión de las raíces o una infección, ya que necesitamos de esta hormona para activar el cuerpo contra estas procesos. Hay afecciones como la fibromialgia que requieren de analítica de sangre para asegurarnos de que no hay una enfermedad detrás del dolor que simule esta patología. Un deficit de Vitamina B12 o Ácido fólico puede dar síntomas neurológicos que se confundan con los que provienen de lesiones en la espalda.
En resumen, la analítica de sangre es una herramienta que puede tener mucha utilidad en el estudio o seguimiento de una dolencia de espalda. Lo más frecuente son los problemas mecánicos de la espalda pero, en algunas ocasiones esto no es así. El médico es el que debe sospechar y detectar ese pequeño porcentaje de dolencias que no son las habituales.