
Una hernia discal puede dañar las raíces nerviosas que llevan la sensibilidad. Si una raíz nerviosa sufre un daño hay una zona de la piel donde vamos a perder sensibilidad. En este post quiero aclarar las áreas sensitivas (o dermatomas) que se pueden afectar según la lesión y lo que sabemos hoy día sobre esto. En muchos sitios de internet podéis encontrar mapas que muestran las zonas de sensibilidad según la raíz nerviosa. Vamos a ver qué hay de cierto en todo esto.
Vamos a poner el ejemplo de las piernas para explicarlo mejor y empezamos por un concepto importante. De cada nivel lumbar va a salir una raíz nerviosa. Por ejemplo entre las vértebras L1 y L2 sale la raíz L1. Entre las vértebras L2 y L3 sale la raíz L2. Así sucesivamente hasta el sacro donde sale la raíz S1. Estas raíces se mezclan unas con otras y salen los nervios finales que bajan por la pierna. De esta forma cada nervio final está formado por un mix de partes de raíces. Esto lo cuento para recalcar que no tiene nada que ver la afectación tras la lesión de un nervio en la pierna con la que podemos ver en la lesión de una raíz nerviosa por una hernia.
Los mapas que marcan las áreas sensitivas (dermatomas) son falsos
Si nos vamos a internet o a un libro médico encontramos unos mapas como el que sale en la foto inicial del post. En estos mapas se ve representado el área de piel que corresponde a cada raíz. Sin embargo estos mapas de alguna manera son muy inexactos o, se podría decir, falsos. Hay dos motivos para afirmar esto. Para explicarlo me voy a base en imágenes de los hematomas de la parte anterior de la pierna.
Hay muchos mapas diferentes y no coinciden
En la foto de la izquierda podemos ver como se delimitan las áreas en un mapa de este tipo. Se puede ver por ejemplo que la parte de dentro de la pierna corresponde a la raíz L4. Sin embargo en el muslo la raíz L4 no está. Si nos fijamos en la foto de la derecha resulta que la raíz L4 si va por el muslo también. ¿Qué está pasando?
El mapa de la izquierda está basado en estudios de finales del siglo XIX y de principios de del XX. El último de ellos en 1933. El de la derecha está basado en un estudio del año 1948. Hay composiciones posteriores que se han realizado utilizando las conclusiones de estos estudios. Sin embargo, no hay ningún estudio realizado posterior a estos.
Por un lado, los métodos utilizados para determinar estos mapas son muy dispares y con mucho sesgo. Por otro lado, son estudios antiguos sin los medios de los que disponemos hoy día. Esto hace que encontremos mapas muy diferentes representando lo mismo y lógicamente no están siendo precisos.
Vamos a volver al ejemplo de la raíz L4. Si un paciente tiene falta de sensibilidad en la parte interna del muslo pueden estar afectadas la raíz L2, L3 o L4 según el mapa que miremos.
Las zonas de piel de cada raíz se solapan
La experiencia de especialistas y algunos estudios destacan que los territorios que llevan las diferentes raíces se solapan. En otras palabras, la sensibilidad de una zona determinada de la piel la llevan más de una raíz. Eso hace que si se lesiona una sola raíz no se produce una anestesia total de la zona afectada porque hay otras raíces que lo suplen en parte. Esto tiene mucha lógica y pasa en los músculos también. Un músculo está inervado por más de una raíz. La distribución de las raíces formando los diferentes nervios, como explicaba al principio del post, justifican este hecho.
Según esto, los mapas deberían tener zonas de solapamiento y no estar delimitados por lineas a modo de fronteras.
En resumen, los mapas de las áreas sensitivas o dermatomas son inexactos. Dicho esto, la experiencia y los datos que tenemos permiten una aproximación bastante cercana a la realidad. Hay mapas más cercanos a la realidad que vemos los especialistas en el día a día. Esto se sabe pero no hay estudios modernos que lo confirmen.