
El universo y los seres vivos funcionan con un equilibrio dinámico donde hay un constante flujo e intercambio de energía. Dar y recibir está en nuestra naturaleza y debemos entenderla.
El ser humano para sobrevivir necesita el bombeo de la sangre por parte del corazón. El corazón se contrae con fuerza lanzando la sangre por las arterias para que llegue a los órganos. Estos órganos consiguen el aporte de oxígeno que necesitan para funcionar y después devuelven la sangre a las venas para que continúe circulando. Finalmente la sangre llega nuevamente al corazón para ser enviada a los pulmones y recargarla de oxígeno. El propio corazón, al lanzar la sangre a las arterias, recibe su oxigenación a través de las arterias coronarias. Esta circulación de la sangre nos mantiene vivos. Si este intercambio se interrumpe y la sangre deja de circular nuestros órganos no reciben lo que necesitan y dejan de aportar su función. El cuerpo se muere.
En la economía las grandes crisis ocurren porque el dinero deja de circular. La crisis que hemos vivido últimamente no es diferente. Las empresas piden dinero a los bancos para comprar los productos que luego venden para sacar un beneficio. Esas empresas necesitan personas a las que emplean y pagan un salario. Las personas con ese salario compran productos. Si la empresa va al banco y el banco no le deja dinero, no puede comprar sus productos y por lo tanto, no puede venderlos. Al no tener beneficios tiene que despedir a sus empleados porque no los puede pagar. Así es como el sistema se colapsa. Las causas son más complejas y no es el sitio para analizarlas pero nuevamente la falta de flujo e intercambio tiene consecuencias fatales.
En nuestras vidas ocurre exactamente como en los ejemplos anteriores. Si queremos recibir dinero, debemos comenzar por entregar dinero, ser generosos. Solo eso hará que el dinero vuelva a nosotros en abundancia. Si queremos amor, debemos dar amor. Si llegamos por la mañana a nuestro trabajo, sonreímos y le decimos a nuestro compañero lo elegante que le vemos y a nuestra compañera lo guapa que ha venido hoy, estamos haciendo circular la alegría y la energía positiva. Esa positividad nos volverá aumentada y recibiremos mucho más afecto y alegría de la que hemos entregado. La forma más fácil de comenzar a tener lo que queremos en la vida es ayudar a los demás a tener lo que necesitan.
Si este equilibrio se ve alterado, el dolor de espalda y cuello es uno de los primeros avisos que nos da nuestro cuerpo para que corrijamos lo que no va bien en nuestra vida.
En algunas ocasiones en la vida, nuestro estado de ánimo decae por alguna circunstancia (por ejemplo una enfermedad). Entonces cerramos el grifo y dejamos de entregar nuestra virtud y posibilidad. En estos momentos, nos podrán ayudar, pero solo nosotros podemos volver a poner la energía positiva en circulación.