
El coxis es la parte más baja de la columna. La columna cervical, dorsal y lumbar forman una torre de vértebras que se mueven entre sí. Más abajo se continúan con el sacro (que vemos en rojo) que forma parte de la pelvis. El sacro es un hueso sólido que tiene agujeros para la salida de los nervios pero sin movilidad entre sus partes. Son como vértebras fusionadas. A continuación del sacro, más abajo, tenemos el coxis, que es el final de la columna. Es el hueso de la cola, por así decirlo. Realmente se ve como un vestigio de nuestros antepasados que en algún momento debieron tener cola.
El coxis está formado por varias mini vértebras (de 3 a 5 habitualmente), unas encima de otras, estando articuladas entre sí; aunque en ocasiones pueden estar fusionadas y no tener movilidad. El coxis tiene normalmente una forma curvada hacia adelante como podemos ver en esta foto lateral. Por delante está el recto, que es la parte final del intestino con la que hacemos deposición.
Este hueso a priori no parecería que fuera a tener importancia a tenor de lo dicho hasta ahora. Realmente no es que tenga una gran función pero puede llegar a dar algunos problemas como ahora veremos.
¿Para qué sirve el coxis?
Los ligamentos y músculos que sujetan el suelo pélvico están anclados, entre otros sitios, en el coxis. El suelo pélvico es toda la zona muscular que sujeta nuestras vísceras en la parte baja de la pelvis. El coxis va a participar en la estabilidad y función de estas estructuras que estabilizan el suelo pélvico. Debido a esto puede ser una estructura importante en mantener la capacidad de hacer de vientre con normalidad.
Por otro lado, el coxis está una zona que va a sobresalir cuando estamos sentados. En la postura de sentado apoyamos la pelvis en la silla con las llamadas tuberosidades isquiáticas que vemos señaladas con flechas en la foto. El coxis sería la tercera pata que apoya al sentarnos, pero depende de la postura y la forma de coxis que tengamos. Al estar reclinados hacia atrás apoya más. Ahora veremos qué importancia tiene esto.
¿Qué problemas puede dar el coxis?
El coxis no es una estructura vital y tiene pocas funciones a priori. A pesar de ello puede convertirse en un verdadero quebradero de cabeza cuando da dolor. ¿Y por qué puede doler el coxis? Hay varias situaciones que se pueden dar.
– Si nos caemos sobre las nalgas, al resbalar por ejemplo, el coxis puede golpear contra el suelo y romperse o inflamarse. Es una fractura que no tiene mayor importancia en sí misma salvo por la posición en la que quede. Si se queda en una posición diferente a la habitual puede que comencemos a tener dolor al sentarnos. El exceso de contacto del hueso con el asiento en la postura de sentado puede convertir al coxis en una estructura muy dolorosa.
– Puede ocurrir que tengamos un coxis que se haya desarrollado durante el crecimiento en una postura problemática. Ocurriría como en el caso anterior donde podría haber un exceso de apoyo en la postura de sentado.
– En ocasiones, si pasamos muchas horas al día sentados en una silla poco acolchada, el coxis puede comenzar a ser doloroso. De repente un día vemos que no nos podemos sentar sin pasar dolor.
– En la mujer embarazada que da a luz puede producirse un traumatismo sobre este hueso dado que se encuentra en el canal del parto.
– Después tenemos otro tipo de causas más graves como son los tumores y las infecciones pero son mucho más infrecuentes.
¿Cuál es el tratamiento del dolor en el coxis?
Lo más importante ante un dolor en el coxis es valorar la causa. Si ha habido una caída nos harán una radiografía para ver si hay una fractura o desplazamiento. Si comienza a doler sin una causa clara hay que valorar que no haya lesiones asociadas o causas en la parte final del intestino que provoquen el dolor. Cuando sabemos que el origen del dolor está en el coxis podemos actuar sobre él.
La mayoría de las veces el dolor cederá con mediación antiinflamatoria y limitando el apoyo sobre el coxis. Esto lo podemos conseguir limitando el tiempo que estamos sentados, sentándonos sobre asientos acolchados o utilizando una almohada o flotador que deje libre la zona del coxis al sentarnos. Dándole reposo de esta manera, el dolor irá cediendo.
Si no conseguimos mejorar con un tratamiento conservador se pueden hacer tratamientos más invasivos como puede ser la manipulación en algunos casos o la infiltración con corticoides y anestésico local. En casos muy invalidantes se puede operar pero es excepcional llegar a esto.