
Se puede tener dolor de cabeza por muchos motivos. Podemos tener una subida de tensión arterial, una jaqueca (migraña) o una cefalea tensional como ejemplos (al dolor de cabeza los médicos lo llamamos cefalea). Muchas de las causas que provocan estos dolores tienen su origen en el cuello y es lo que quiero contaros hoy.
El tipo de dolor de cabeza más frecuente es el que llamamos cefalea tensional. Es una forma muy benigna en la que tenemos dolor en la parte alta de la cabeza sin más complicaciones. Este dolor está relacionado con el cansancio, el estrés y la tensión muscular. Esta tensión se produce en los músculos de la cabeza y del cuello. Es decir, si tenemos malas posturas al ordenador, por ejemplo, podemos empezar con sobrecargas en la zona de los trapecios y otros músculos cervicales y terminar con dolor de cabeza según pasan las horas. Si tenemos una lesión en las articulaciones cervicales también puede ocurrir. Una lesión articular provoca una contractura refleja de los músculos que tiene alrededor y secundariamente nos dará dolor de cabeza según pasan las horas. Por eso es muy frecuente tener cefaleas en las semanas posteriores a tener un accidente de coche.
Ya vemos que los músculos y articulaciones del cuello tienen relación con la cefalea tensional, pero ¿está relacionado el cuello con otros tipos de dolor de cabeza? La respuesta es que sí. Hay tres nervios en la zona cervical que van a influir en que tengamos dolor de cabeza:
– El nervio espinal C1 lleva la sensibilidad de la articulación que existe entre la cabeza y la primera vértebra cervical. Si hay una lesión en esta articulación vamos a tener dolor irradiado a la zona occipital de la cabeza que es la zona de la cabeza que se continúa con la nuca.
– Los nervios espinales C2 y C3 llevan la sensibilidad de las articulaciones entre la 2º y 3º vértebra cervical. Si hay una lesión en esta articulación se va a producir un dolor que se irradia por la zona occipital que sube por la zona lateral de la cabeza y acaba en la frente y alrededor de los ojos (frontotemporal y periorbitario). Este es el dolor de cabeza más frecuente de los que tienen un origen demostrado en la zona cervical.
Estas cefaleas las podemos diagnosticar con bastante acierto en la consulta haciendo las preguntas adecuadas y una exploración física de la zona. En ocasiones se pone una inyección con anestesia en la zona de la articulación que, si consigue quitar el dolor, nos va a ayudar a confirmar el origen del dolor de cabeza.
Estos son los dolores de cabeza directamente relacionados con lesiones en el cuello. Hay un tipo de dolor que se conoce como neuralgia occipital o cefalea de Arnold que puede confundirse con lo anterior pero que no tiene el mismo origen. Esta cefalea es debido a la lesión de los nervios C2 y C3 directamente y da síntomas típicos de la lesión en nervios como son la sensación de quemazón y la hipersensibilidad en la piel al contacto.
No siempre que tenemos dolor en el cuello y la cabeza van a ser un caso como los comentados. Lo anterior es sin duda lo más frecuente pero en ocasiones hay problemas más raros que producirán este tipo de dolor. Un ejemplo puede ser la malformación de Arnold-Chiari u otras causas más raras todavía como tumores. No quiero asustar porque estas causas son muy raras pero sí resaltar que nuestro médico es el que va a saber distinguir un dolor de cabeza sin mayor importancia de otros que requieran actuaciones más urgentes.
Hacer un diagnóstico correcto del tipo de dolor de cabeza es importante porque los tratamientos pueden ser muy diferentes. El origen de un cefalea tensional puede estar en una mala postura mantenida como hemos comentado y el tratamiento será corregir la postura y un tratamiento local relajando los músculos cervicales. Sin embargo, si tenemos una subida brusca de la tensión arterial el problema es más serio y la solución puede estar en un medicamento.