
La profesión de peluquero predispone a lesiones que en muchos casos están directamente relacionadas con la postura y la técnica. Lo más típico son los problemas cervicales y las tendinitis de hombro y codo. Todas ellas son causadas por los mismos errores repetidos y mantenidos en el tiempo. Vamos a explicarlo.
Si nos fijamos en la foto inicial del post, el peluquero está con el codo elevado por encima del nivel del hombro y todo el brazo en rotación interna. Esta es una postura forzada que pone en riesgo al cuello y al hombro principalmente. Si adoptamos esta postura de forma ocasional no va a pasar nada, pero si lo hacemos de forma continuada o si la mantenemos más allá de unos segundos, las lesiones llegarán. Está postura provoca pinzamientos en los tendones del hombro, lo que los hace inflamarse y con el tiempo puedan producirse roturas. En cuanto al cuello, la postura obliga a la musculatura cervical a trabajar en exceso. Al principio provoca dolor en forma de contracturas en los músculos, sobre todo el trapecio. A la larga se producirán lesiones en las articulaciones y los discos de las vértebras cervicales.
El principal motivo para utilizar esta postura en exceso tiene que ver con la estatura del peluquero. Me explico: Las sillas de peluquería están diseñadas para ser ajustadas en altura pero no se ajustan todo lo que deberían, sobre todo no bajan lo suficiente. Si entra en la peluquería un señor alto y el peluquero es de estatura baja, aunque baje el sillón al máximo la postura para cortar el pelo va a ser mala. La cabeza del cliente queda muy arriba y el peluquero sólo podrá acceder correctamente a la parte superior del pelo adoptando posturas como la de la foto inicial del post. Las sillas de peluquería están pensadas también para la comodidad del cliente y por eso no permiten bajar la silla todo lo que queramos. Este diseño no es suficiente en muchos casos para conservar la salud del peluquero.
El peluquero debe intentar trabajar siempre en una posición claramente más elevada que la del cliente para que los codos puedan caer lo más cercanos al cuerpo posible. Cuanto más cerca está el codo del cuerpo, más relajados están los músculos y los tendones del cuello y del hombro. De esta forma aguantarán sanos toda la jornada laboral.