
Llevo 6 meses de embarazo y me ha comenzado a doler la espalda. ¿Por qué me tiene que doler ahora? ¿Qué hago?
Tener episodios de lumbalgia durante el embarazo es muy frecuente. A pesar de ello es siempre recomendable visitar al médico para confirmar de que se trata de una simple lumbalgia. Hay que descartar algunas afecciones que pueden ocurrir durante el embarazo y que podemos confundir con una lumbalgia.
En el embarazo ocurren dos cosas fundamentales que nos predisponen a tener lumbalgias:
– En primer lugar, según transcurre el embarazo el peso corporal aumenta progresivamente debido al crecimiento en nuestro interior del útero, la placenta y el feto. Como ya os comentará el ginecólogo hay que controlar el aumento de peso a aproximadamente un kilo por mes. Aunque este aumento no es homogéneo porque al principio se gana poco y después más. El aumentar demasiado el peso corporal va a afectar a la espalda pero, más importante aún, va a provocar que haya más posibilidades de complicaciones en el parto.
– En segundo lugar y el factor más importante, el centro de gravedad del cuerpo se desplaza hacia adelante debido al crecimiento del útero y del feto en esta dirección. Esta desviación del centro de gravedad aumenta la presión en los discos L4-L5 y L5-S1 sobre todo y obliga a la musculatura posterior a trabajar más para mantenernos de pie. Todo esto nos pone en un mayor riesgo de padecer lumbalgia. La musculatura extensora lumbar son todos aquellos músculos que están pegados a la zona posterior de la región lumbar y que con su fuerza hacen que no nos caigamos hacia adelante.
¿Cómo minimizamos el riesgo de dolor?
Hay que saber que mientras la musculatura extensora lumbar no esté cansada, tendrá la fuerza suficiente para protegernos de lesiones. Pero, debido a este nuevo reparto de pesos, esta musculatura tiene que trabajar más y se va a cansar antes. Y lo peor es que no nos avisa cuando está cansada. Es decir, a lo mejor continuamos haciendo esfuerzos con una musculatura cansada. La musculatura así no será capaz de protegernos y podemos provocarnos una lumbalgia aguda en cualquier gesto aunque pueda parecer banal. El aumento de presión que hay sobre los discos también colabora en esta fragilidad.
Es muy importante tener las actitudes adecuadas porque lo que empieza en una lumbalgia en ocasiones puede evolucionar a una hernia discal. Si la hernia atrapa una raíz nerviosa puede acabar en una ciática muy dolorosa.
Lo que tenemos que hacer, por lo tanto, son tres cosas principalmente:
1º- No realizar actividades con la musculatura cansada. Por actividades me refiero a caminar o estar de pie haciendo cosas. Como hemos dicho antes, no podemos saber cuándo está cansada la musculatura. Por lo tanto, nos tenemos que dosificar para que esto no ocurra. No debemos estar demasiado tiempo de pie o caminando de forma seguida. Si llevamos 20 minutos de pie hablando con alguien por ejemplo, debemos sentarnos unos minutos a descansar estos músculos. Si queremos salir a caminar hay que hacer varias paradas durante el camino para sentarnos y reposar.
2º- Evitar esfuerzos con posturas en inclinación hacia adelante. Ya tenemos más peso delante por el efecto del embarazo. Si además nos inclinamos hacia adelante esto lo multiplicamos y los riesgos de lesión son mucho mayores. Y por supuesto no debemos manejar cargas pesadas. Voy a poner algunos ejemplos: No debemos hacer la cama, eso lo puede hacer otro o quedarse deshecha; evitar planchar si vamos a estar de pie más de unos minutos; nada de participar activamente en mudanzas durante el embarazo.
3º- Mantener una forma física y un peso corporal adecuado. Esto requiere de un poco de voluntad y algo de sacrificio en ocasiones. En cuanto al ejercicio, próximamente desarrollaremos programas de ejercicios en la web e incorporaremos un apartado para las embarazadas.
En definitiva, hay que cuidarse un poco porque lo duro viene después de los nueve meses y hay que llegar lo mejor posible. Mucha suerte!