
En los últimos 100 años la humanidad y las sociedades han cambiado por muchos motivos. Hay un hecho que especialmente lo cambia todo, la esperanza de vida. La esperanza de vida en los países desarrollados ha aumentado de forma impresionante y eso tiene muchas consecuencias que todavía no hemos asimilado.
Cuando somos jóvenes nuestro cuerpo aguanta casi todo. Una noche con unas copas de más o el exceso de comida basura no suponen ningún problema. Hagamos lo que hagamos estamos sanos y fuertes. Hay que pensar que la esperanza de vida a lo largo de la historia ha variado poco hasta el siglo XX. Lo normal era vivir 35-45 años. Se moría joven y no teníamos que planificar nuestra salud porque al cuerpo no le daba tiempo a deteriorarse.
En la segunda mitad del siglo XX comienza a subir la esperanza de vida de forma drástica. Se atribuye a muchas cosas como mejorar en la higiene y la medicina. Las vacunas y los antibióticos han tenido mucho que ver. Si nos fijamos hay una relación clara entre la extensión del uso de los antibióticos y el aumento de la esperanza de vida. En definitiva, hace más de 100 años lo normal era vivir unos 45 años y hoy día la esperanza de vida sobrepasa ampliamente los 60-70 años. En Europa está ya por encima de los 80 años.
Lo que ocurre ahora es que nos va a tocar vivir muchos años. Y nuestro cuerpo ya no va a ser joven cuando nos muramos. Si queremos tener calidad de vida hasta los 80 años nos va a tocar cuidarnos. Aproximadamente a los 35 años tocamos techo en cuanto a las capacidades físicas de nuestro cuerpo y después ya solo podemos ir a peor. Lógicamente hablo de capacidad potencial. Es decir, la forma física que podemos alcanzar entrenando con 30 años, jamás la alcanzaremos entrenando con 45 años.
La sociedad se enfrenta al problema de que va a haber muchos “viejos” y las personas nos enfrentamos al reto de vivir con dignidad todos estos años con los que antaño no se contaba. El problema de la sociedad está relacionado con el modelo productivo capitalista con el que convivimos. El problema que tenemos las personas es cómo seguir estando sanos y vitales.
En esta nueva situación el estilo de vida cobra mucha importancia. Si fumo, bebo y trabajo 14 horas al día con estrés no parece que vaya a estar muy sano. Hasta los 35 años no pasará nada, apenas notaremos diferencias. El que no se cuide pasados los 35 años lo acabará pagando.
Sabemos que esto es así y cada vez hay más cultura del buen envejecimiento. Aún así continúa habiendo mucha negación. Es muy habitual ver personas haciendo cosas que sabemos a ciencia cierta que te llevan al desastre. Por ejemplo, un señor que tiene el azúcar alto o el colesterol por las nubes y decide que eso a él no le va a afectar y no toma medidas. También está la persona obesa y fumadora que puedes ver comiendo en un local de comida basura. No quiero juzgar la opción de vida de cada uno, pero sí resaltar que hay muchas personas que no están siendo conscientes porque se ocultan la realidad.
En futuros posts hablaremos de muchas de las claves que nos harán vivir más sanos y con una espalda y cuello en plena forma.