
¿Es verdad que las personas con lumbalgia tienen menos relaciones sexuales? ¿Qué posturas son más recomendables?
Está de sobra demostrado que la población que sufre de dolor lumbar disminuye la actividad sexual con un descenso en la frecuencia de las relaciones. Las causas de este descenso pueden ser varias, en parte por temas psicológicos como el miedo, pero sin duda las causas mecánicas durante el acto sexual son una de ellas. En ocasiones el dolor lumbar será intenso y nos quitará las ganas de tener relaciones o incluso puede hasta ser inviable en procesos donde el dolor está todavía muy vivo.
Las posturas sexuales y su relación con la lumbalgia no se habían tratado mucho en la literatura médica pero se ha puesto de moda recientemente por un articulo publicado en una de las revistas más importantes de columna (Spine).
Este artículo hace un estudio biomecánico de 5 posturas sexuales para determinar las más y menos recomendables. Divide a los lumbálgicos en dos tipos: A los que les duele sobre todo al flexionar la columna lumbar y a los que les duele con la extensión. En función de esto, recomienda las posturas más adecuadas y las posturas a evitar, que son las opuestas.
Si tenemos dolor sobre todo con la extensión lumbar se recomienda evitar las posturas tipo “perro” y el misionero. En estos casos estaría recomendado el coito tumbados ambos de lado con el varón por detrás de la mujer o tumbada la mujer boca arriba con el hombre tumbado encima de la mujer.
Si nuestro dolor se produce principalmente cuando nos inclinamos hacia adelante a tocarnos los pies, entonces el caso sería el contrario. Debemos evitar las posturas tumbado uno encima del otro o de lado. Estarían recomendadas las posturas del misionero y el “perrito” pero preferiblemente con la mujer agachada (apoyando los codos en la cama en vez de las manos).
Esto es lo que dice el estudio que se ha hecho analizando cinco posturas sexuales habituales. Es interesante y sin duda es una primera aproximación a estas recomendaciones. Nos puede servir para orientarnos, pero el mejor método sigue siendo el ensayo y error. No debemos tener miedo a probar diferentes posturas hasta que nos encontremos cómodos y podamos seguir disfrutando con nuestra pareja.