
Me mareo. ¿Es por las cervicales?
El mareo es un síntoma que describe el paciente que puede significar muchas cosas. El mareo puede producirse por diversos motivos e incluso, en ocasiones, no llegamos a saber su causa. Vamos a verlos:
Un tipo de mareo, que llamamos presíncope, es esa sensación de que nos vamos a desmayar, como cuando en verano nos levantamos bruscamente del sofá. Esta sensación se produce por una falta de sangre en el cerebro.La causa puede ser desde un mareo por el calor o una arritmia, hasta problemas cardiacos más graves. La mayoría de las veces son mareos sin importancia. Este tipo de mareo debe valorarse en un servicio de urgencias o en el médico de cabecera, dependiendo de cómo se presente, para su estudio adecuado. Nuestro médico además puede descartar otras causas de nuestro mareo como puede ser una hipoglucemia o la provocada por medicamentos que estemos tomando.
El vértigo es el síntoma que tenemos cuando se desajusta el sistema vestibular periférico que está en nuestro oído. Es un sistema que nos ayuda a mantener el equilibrio pero que si funciona mal podemos notar como si se movieran los objetos y la habitación o como si todo nos diera vueltas. No siempre los síntomas son tan llamativos y pueden limitarse a una leve sensación de inestabilidad. Este tipo de vértigo suele empeorar con los movimientos de la cabeza e incluso a veces, nos provoca nauseas y vómitos. El diagnóstico inicial en ocasiones se puede realizar con una sencilla exploración en la consulta de nuestro Médico de Atención Primaria y en otras ocasiones nos debe valorar el Otorrinolaringólogo para llegar al diagnóstico.
En ocasiones la lesión del sistema vestibular está dentro del cerebro. También hay lesiones en el cerebro y las estructuras del sistema nervioso que producen desequilibrio. Este es el terreno del Neurólogo que nos explorará minuciosamente para detectar posibles signos de que el problema esté en nuestro sistema nervioso.
Con bastante frecuencia un paciente que comienza con mareo es valorado por su Medico de Atención Primaria, el Otorrinolaringólogo y el Neurólogo y todos le han dicho que “de lo suyo no tiene nada”. Entonces, ¿qué le pasa al paciente que se le han descartado todas estas causas? ¿Está relacionado con el cuello? Antes de hablar de las cervicales, hay que resaltar que el mareo también puede estar relacionado con problemas psiquiátricos. Con esto no me refiero a enfermedades psiquiátricas de película sino problemas frecuentes como la ansiedad y la depresión. Muchas veces después de haber descartado todo, lo que tenemos es un paciente con mareo en el que vemos mucho desgaste en las vértebras del cuello. Y, es verdad, esta puede ser la causa. Hay que tener en cuenta, entre otras cosas, que hay una arteria muy importante (la arteria vertebral) que sube al cerebro atravesando zonas vertebrales y que puede verse afectado su funcionamiento normal por las lesiones cervicales. Si nos fijamos en la foto del modelo podemos ver la arteria en rojo y cómo viaja metida en unos agujeros que forman las propias vértebras.
Si esta causa es tan frecuente ¿por qué no hemos empezado por aquí y me hubiera tratado el cuello antes? La respuesta a esta pregunta tiene dos cuestiones. En la medicina siempre hay que ir de lo más grave a lo más leve y de lo más solucionable a lo menos solucionable. En este sentido he ordenado todo el post. Lo más importante es siempre una valoración médica que descarte las causas más graves o sobre las que hay que actuar antes, como puede ser una arritmia cardiaca, una hipoglucemia o un infarto, por ejemplo. Son situaciones que hay que detectar rápidamente. Pasado esto, pasaríamos por frecuencia a los problemas de vértigos cuyo especialista es el Otorrinolaringólogo y al Neurólogo cuando esto es normal o los síntomas sugieren otro origen. Por último dejamos a los problemas cervicales por ser más “benigna” la lesión y porque no hay una prueba que nos asegure que el mareo tiene su origen en el cuello y no siempre es fácil de demostrar.
¿Puedo mejorar el mareo con el tratamiento cervical? Aprendiendo a cuidar nuestro cuello y con un tratamiento manual suave a manos de un fisioterapeuta sin duda vamos a mejorar estos síntomas.