
La obesidad es un factor que va en contra de una espalda saludable. El comienzo de la obesidad es muy variable pero la mayoría de las personas cogerán kilos de más durante la edad adulta.
¿Cómo sé si tengo sobrepeso u obesidad?
En medicina una medida muy utilizada es el llamado “Índice de Masa Corporal” (IMC). Este índice es muy fácil de calcular y nos da una idea de nuestra situación. Se calcula así:
Peso corporal (kg) ÷ (altura en metros)2 = IMC
Es el peso en kilos dividido por el cuadrado de la estatura en metros. Veamos un ejemplo: Si yo mido 1,92 metros y peso 86 kg el cálculo sería: 86÷1,922 = 23,3. Este sería mi IMC.
Una vez que tenemos esta cifra, ¿qué significa?:
– Se considera un peso normal unas cifras de IMC entre 18,5 y 24,9 kg/m2.
– Sobrepeso: cifras desde los 25 hasta los 29,9 kg/m2.
– Obesidad: cifras por encima de 30 kg/m2. Más de 40 kg/m2 se consideraría obesidad severa.
¿Por qué engordamos?
Los motivos en la mayoría de las personas son bastante sencillos. Los hombres disminuyen su actividad física con la edad y continúan comiendo cantidades de comida que ya no necesitan. Las mujeres tienen además dos momentos en la vida que pueden empujarlas al sobrepeso. Por un lado, los embarazos y por otro lado, los cambios hormonales que ocurren en la menopausia. Vamos a hablar de los factores que pueden contribuir a la obesidad:
1 – Factores que no podemos controlar:
– Hay medicamentos que pueden inducirnos a engordar. Si no tenemos más remedio que tomarlos nos obligará a tener un mayor control de nuestros hábitos.
– Factores genéticos y algunas enfermedades que afectan a las hormonas pueden provocar obesidad.
2 – Factores sobre los que se puede actuar:
– Dormir menos de lo que necesitamos está demostrado que nos hace comer más. Si dormimos la cantidad de horas necesarias y de la calidad adecuada tendremos más facilidad para controlar lo que comemos y para hacer ejercicio.
– La falta de ejercicio y la vida sedentaria conlleva gastar pocas calorías. El ejercicio moderado realizado con constancia tiene innegables beneficios para la salud y además nos ayudará a consumir las calorías que ingerimos.
– Los hábitos de comida de las personas son muy variopintos. Hay que entender y distinguir dos conceptos: Primero, si comemos más calorías de las que consumimos vamos a engordar. A grandes rasgos esto es cierto pero ni mucho menos es lo único en que debemos fijarnos. Con esto llegamos al segundo punto; tan importante o más que controlar las calorías totales es controlar el equilibrio nutricional de lo que comemos. Estar delgado y enfermo es peor que tener sobrepeso y estar bien nutrido, pero conseguir estar delgado y sano no es tan difícil.
– Al dejar de fumar se tiende a engordar. Probablemente debido a un aumento de la cantidad de comida que tomamos y la falta de ejercicio principalmente, sumado a la ausencia del efecto de la nicotina en nuestro cuerpo.
– El estrés del día a día y las obligaciones del trabajo y la vida moderna son un factor que dificulta el control de muchos de los factores que hemos comentado. Comidas de trabajo fuera de casa; prisas por comer para poder terminar un trabajo a tiempo; las obligaciones con los hijos; son muchas las causas que nos dificultan comer bien, descansar bien y hacer ejercicio.
¿Por qué es malo tener obesidad?
La obesidad tiene muchos efectos negativos sobre la salud que se conocen desde hace mucho. Está asociado con un aumento de enfermedades en el corazón, hipertensión, diabetes, muchos tipos de cáncer y enfermedades digestivas y respiratorias. También esta asociada a un aumento de artrosis. La artrosis no es otra cosa que el envejecimiento de nuestras articulaciones con un desgaste progresivo de los cartílagos y la estructura articular. Esto incluye también a la espalda.
Por lógica pensaríamos que tenemos un mayor desgaste porque el cuerpo necesita soportar un mayor peso. Pues bien, esto seguro que es así en parte, pero también hay datos de estudios que sugieren que la obesidad altera el cartílago y el metabolismo del hueso por otros mecanismos a parte del peso.
¿Cómo soluciono mi problema de obesidad?
La respuesta a esta pregunta mueve millones y millones de dólares en el mundo. Existen miles de propuestas y de tratamientos pero hay una cosa que no podemos olvidar…el sentido común. En la vida los caminos rápidos y sin esfuerzo no acaban bien. Si queremos algo de verdad y estamos dispuestos a poner nuestro compromiso, todo se puede conseguir.
Si tenemos sobrepeso y queremos adelgazar la mayor dificultad está en la naturaleza del cerebro humano. Nuestro cerebro no nos va a dejar cambiar de hábitos tan fácilmente. Hay que entender que el cerebro es una herramienta de supervivencia. Tenemos un cerebro reptiliano que nos empuja a comer todo lo que podamos por si mañana no hay comida (es un instinto animal muy lógico si entendemos de dónde venimos). Por otro lado, al cerebro le gusta ahorrar energías por si las necesitamos para hacer frente a una amenaza. Cambiar hábitos requiere un esfuerzo que el cerebro no entiende como prioritario.
No estamos diseñados para vivir tanto como vivimos hoy día y este cambio en la esperanza de vida nos obliga a cuidarnos si queremos vivir todos estos años de más con cierta calidad de vida. Para conseguirlo el objetivo más importante es la sinceridad. Casi nadie dice la verdad cuando se trata de analizar lo que comemos. A mi esto no deja de sorprenderme pero lo compruebo cada día. El comentario más frecuente que escucho en la consulta es: “si es que no como nada y engordo”. Esto evidentemente es mentira. Lo que están equivocados son los conceptos que tenemos de lo que es una comida normal o directamente nos estamos negando nuestra realidad. Si no somos sinceros con nosotros mismos y no estamos abiertos a que nuestra realidad no es la correcta, no cambiaremos nada.
Lo primero que recomiendo a alguien que quiere cambiar su estilo de vida es que escriba todo lo que hace durante una semana: hábitos, ejercicio, comida, etc. Sólo escribiéndolo y analizando objetivamente nuestra situación podremos trabajar en el cambio. Después hay que ir cambiando lenta y progresivamente aspectos de nuestra vida: alimentación, ejercicio y hábitos saludables (sueño, tabaco, etc). La clave es realizar pequeños cambios cada cierto tiempo. Si avanzamos lentamente y con constancia llegaremos a nuestro objetivo. “Cuando el camino es largo, más corre el mastín que el galgo”.