
Muchas de las recomendaciones que se realizan en las escuelas de espalda nacen de los estudios de Nachemson en los años 60. Nachemson estudió las presiones discales de la columna lumbar implantando un sensor de presión dentro de los discos de voluntarios sanos. Esto le permitió ver en qué situaciones el disco sufría más estrés. Debido a los riesgos de utilizar esta técnica invasiva en alguien sano, no se ha repetido un experimento similar hasta el año 1999. En este año se publica en la revista Spine un estudio realizado por Wilke y colaboradores en Alemania utilizando la misma metodología pero con instrumental más moderno. Para ser aceptado por el comité de ética fue necesario que un traumatólogo se prestara como voluntario para repetir estos experimentos. Vamos a ver los resultados y hablaremos de los datos que nos han aportado todos estos estudios.
Técnica utilizada para medir la presión discal
El sensor de presión se introdujo en el centro del disco intervertebral entrando por la espalda por una vía similar a la utilizada en las cirugías sobre el disco (abordaje dorsolateral). Se utilizaron materiales que minimizaban el riesgo de que se desplazara de su sitio. Para mejorar la sujeción, el cable iba enganchado a un cinturón que llevaba el paciente. De esta forma les permitió realizar mediciones durante un día entero. El voluntario para esta prueba no había tenido dolor de espalda, estaba sano, medía 1,68 m, pesaba 70kg y tenía 45 años.
El dispositivo se implantó en el disco L4-L5 porque vieron por RMN que era el más apropiado al no tener ninguna alteración. Una vez preparado se realizaron mediciones de la presión intradiscal en diferentes posiciones y actividades, además de durante el sueño. Los resultados fueron muy similares a los conseguidos por Nachemson en los años 60 pero con algunas diferencias que comentaremos.
Presión intradiscal lumbar según la postura
El análisis de los resultados se entiende mejor en valores relativos comparando las diferentes posturas. Todos estos estudios comparan la presión del disco al estar de pie parado con el resto de posturas. Le dan un valor de 100 a la medición estando de pie y el resto de posturas se explicarán como un porcentaje respecto a este. En los resultados que son similares daré el dato del último estudio realizado por Wilke.

Tumbado boca arriba (decúbito supino)
La presión del disco tumbado boca arriba es del 20% respecto a la postura de referencia (de pie parado como hemos comentado). Es la postura en la que vamos a sufrir menos presión sobre el disco.
Tumbado de lado (decúbito lateral)
En el estudio más actual realizado por Wilke no encontró diferencias respecto a la postura anterior, tumbado boca arriba. Aquí sí hay diferencia respecto a los hallazgos de Nachemson que vio un aumento de presión al estar de lado. El hallazgo de Nachemson llevó a algunos especialistas a recomendar no tumbarse de lado. El estudio de Wilke pone en duda esta recomendación además de que parece más coherente con la biomecánica y la experiencia clínica. En mi opinión tumbarse de lado, no sólo no perjudica en cuanto a las presiones que soporta el disco, sino que además permite la flexión de las piernas consiguiendo aliviar el resto de articulaciones vertebrales lumbares.
Inclinarse hacia adelante
Al inclinarnos hacia adelante, tanto estando de pie como sentados, aumenta de forma importante la presión que tienen que soportar los discos lumbares. El aumento de presión es de entre un 50 y un 100% respecto a estar de pie. Si además estamos cogiendo un peso de 20kg en esta postura, el aumento es de un 450%.
¿La presión discal es mayor sentado o de pie?
En los estudios de Nachemson en los años 60 encontraron una mayor presión sobre el disco en la postura de sentado que de pie, ambas posturas en relajación. Sin embargo, en el estudio más moderno de Wilke, las presiones eran muy similares e incluso algo menores sentado. ¿Quién tiene razón? En principio no hay un motivo para pensar que sentados en la posición neutra la presión discal vaya a ser mayor. Esta idea está apoyada también por otro tipo de estudios (con otros métodos de medición) que también reflejan la similitud de cargas entre estar sentado y de pie.
Postura de sentado
Ya hemos comentado como estar sentados en una postura relajada se asemeja a estar de pie en cuanto a la presión que soportan los discos lumbares. Tradicionalmente nos han dicho que nos sentemos estirados con la espalda recta. Este estudio demuestra que hacerlo aumenta ligeramente la presión discal lumbar (un 10%) posiblemente por el aumento de contracción muscular para mantener esta postura. Sentarse repanchingado es otra postura que nos corregían de pequeños. Pues bien, la presión discal disminuye considerablemente al ponernos en esta postura por lo que no sería perjudicial por lo menos para los discos lumbares.
Significación de los estudios de presión discal
Hay que tener en cuenta que estos estudios sólo toman en cuenta al disco. La columna es más compleja que sólo los discos intervertebrales pero son datos de mucho valor. Lógicamente si controlamos las presiones a las que sometemos a nuestros discos tendremos menos posibilidades de sufrir una hernia discal. En este sentido conocer estos datos es importante pero no se pueden encontrar todas las respuestas el disco intervertebral ni todas las recomendaciones se deben hacer sólo por estos datos. He querido contar estos datos para dar a conocer y entender el origen de algunas de las recomendaciones que se dan sobre la espalda.