
El signo de Lhermitte se refiere a una sensación eléctrica que baja por la espalda y las piernas al flexionar el cuello. Esto puede ocurrir por varios motivos. Un lector del blog sufrió un traumatismo severo en el cuello con múltiples fracturas que fueron intervenidas. Durante su recuperación comenzó a padecer una sensación eléctrica por la espalda cuando flexionaba el cuello, es decir, cuando llevaba la cabeza hacia adelante. ¿Qué le estaba ocurriendo?
¿Qué sensaciones tenemos con el signo de Lhermitte?
En ciertos movimientos del cuello, típicamente en la flexión, se produce un calambre que se baja por la columna. En ocasiones la sensación también baja por las piernas e incluso por los brazos y el tronco. Se describió por primera vez este signo a principios del siglo pasado en pacientes con esclerosis múltiple, aunque hay otras causas, como luego veremos.
Aunque la flexión del cuello es el gesto típico reconocido, puede ocurrir en otros movimientos cuando existe alguna estructura que comprime la médula. En estos casos al extender el cuello (llevando la cabeza hacia atrás), o más raramente en rotaciones, se puede desencadenar este fenómeno.
¿Por qué se produce el signo de Lhermitte?
Por la zona posterior de la médula (cordones posteriores) transcurren fibras nerviosas que llevan información sensitiva. En algunas lesiones se va a perder la capa de mielina que recubre a estos nervios. Esto los vuelve muy sensibles e hiperexcitables y al realizar el gesto de flexionar el cuello se desencadena la descarga eléctrica que recorre la espalda.
No siempre la causa está tan clara. Hay casos de traumatismos que afectan al cuello que en el periodo de recuperación presentan el signo de Lhermitte sin haber podido demostrar la presencia de una desmielinización en los cordones posteriores. En estos casos lo habitual es que ceda con el paso de las semanas.
¿Qué situaciones provocan el signo de Lhermitte?
– El signo de Lhermitte es típico de una lesión desmielinizante cervical en el contexto de una esclerosis múltiple.
– En los traumatismos cervicales, típicamente con fracturas, sin afectación apreciable de la medula, se puede ver este signo sin estar claro el mecanismo que lo produce. Se supone que habrá habido una contusión de la médula pero en muchos casos no se consigue demostrar. Es habitual que aparezca varias semanas después del traumatismo. Los casos que se han publicado en la literatura médica ceden en un periodo de entre 4 meses y un año.
– En las lesiones de desgaste como es la artrosis se puede ver comprometido el espacio que tiene la médula espinal. Gestos como la extensión cervical puede provocar una compresión de la médula y desencadenar el calambre. Esto es lo que llamamos el Lhermitte invertido.
– Al toser, estornudar o pujar (maniobra de Valsalva) se puede producir este signo en personas que tienen comprometido el normal flujo de líquido cefalorraquídeo.
– El déficit de vitamina B12 puede provocar una afectación de los cordones posteriores y por lo tanto dar este signo. Cuando hay sintomatología sensitiva sin que esté claro su origen es importante mirar los niveles de esta vitamina en una analítica de sangre.
– La radioterapia o el cisplatino utilizado en la quimioterapia pueden provocar la aparición del signo de Lhermitte.
– Hay otras causas más raras como algunas enfermedades reumáticas o tumores que afectan a la médula que también pueden producirlo.
Volviendo al caso de nuestro lector, es probable que en el accidente sufriera una lesión en la parte posterior de la médula. Lo normal es que con el paso de los meses esta sensación le vaya desapareciendo.