
¿Pueden los tacones provocar dolor en la parte baja de la espalda?
Los zapatos de tacón estilizan la figura y hacen el “culo respingón”, esto es lo que se suele oír. Y es la verdad, pronto entenderás por qué lo digo. Los tacones cambian la manera en la que realizamos el apoyo de los pies en el suelo y sobre todo cambia la forma en la que tenemos que mantener el equilibrio.
Si nos fijamos en la foto de la izquierda, vemos una imagen lateral de un señor con la columna vertebral dibujada. La zona baja de la espalda (columna lumbar) tiene una forma cóncava hacia atrás, es lo que llamamos lordosis lumbar. Cuando esta curva está demasiado pronunciada lo llamamos hiperlordosis. Esta curvatura más pronunciada tiene algunas consecuencias. La parte posterior de las vértebras van a sufrir más presión del peso del cuerpo. Esta zona de la vértebra además es la que más terminaciones nerviosas tiene, es decir, la más sensible al dolor. Por otro lado, con este movimiento se hacen más pequeños los agujeros por los que tienen que salir los nervios y pueden tener problemas de espacio con el tiempo.
Si nos subimos a unos tacones, la inclinación hacia adelante del zapato hace que el pie esté apoyado como si estuviéramos caminando cuesta abajo. Lo que el cuerpo nota es que se cae hacia adelante y tiene que equilibrarse echando el cuerpo hacia atrás. Este gesto se hace fundamentalmente a nivel de la parte baja de la espalda, la columna lumbar. Al inclinar el cuerpo hacia atrás, esta curvatura se va a hacer más pronunciada y nos provocamos una hiperlordosis. Podemos ver este efecto en la zona lumbar de la modelo de la foto que está posando con tacones (foto de la derecha). Este aumento de la curvatura resalta la zona de los glúteos y es lo que nos provoca el famoso “culo respingón”.
Esta hiperlordosis tiene los problemas comentados anteriormente al que debemos añadir el esfuerzo que tienen que hacer los músculos posteriores para que no nos caigamos hacia adelante. Los músculos se van a cansar y pueden ser una causa de dolor directo e indirecto. Directo porque se pueden contracturar como consecuencia del sobreesfuerzo y generar dolor. Indirecto porque una espalda que funciona con la musculatura cansada tiene más probabilidades de dañarse. Con el tiempo se van a desgastar los discos y las articulaciones.
En resumen, la respuesta es que sí, los tacones pueden dañar la espalda. Pero, ¿tengo que dejar de usarlos? La respuesta es que no. En mi práctica diaria en la consulta rarísima vez le diré a un paciente que no puede hacer algo. Me gusta más decir cómo puede hacerlo. En cuanto a los tacones lo que hay que recomendar es moderación. Puede que nos gusten mucho o que tengamos que llevarlos por trabajo. Cuando estemos en casa, nos quitamos los tacones. Cuando estemos con los tacones, debemos ser conscientes que hay que darle descanso a los músculos. Los músculos que tiran de la espalda hacia atrás van a tener trabajo extra cuando estemos de pie. Hay que hacer descansos y sentarnos cada cierto tiempo. He tenido pacientes mujeres que en su trabajo les obligan a llevar tacón y además tienen que estar de pie toda la jornada. No les dejan sentarse! Esto hoy día no está justificado y los responsables deben reflexionar sobre esto porque están fabricando lesiones de espalda. Es tan sencillo como tener taburetes en los que sentarnos dos minutos cada media hora. ¿Esto disminuye la productividad del trabajador o trabajará mejor si cuidamos de su salud? Ahí lo dejo.