
Alguna vez en la vida nos hemos levantado casi todos con sensación de que no podemos girar el cuello. El dolor nos hace ir con el cuello girado y llama la atención a todo el que nos ve. “Me he levantado con tortícolis” decimos. Hoy quiero hablaros de una causa de tortícolis no tan conocida, es la tortícolis por metoclopramida.
La metoclopramida es un medicamento que se nos pueden prescribir para ciertos problemas digestivos. El uso más frecuente es para cortar los vómitos una vez que ya no hay contenido que vomitar en nuestro estómago. Hay muchos nombres comerciales de este medicamento según el país, aunque los más extendidos son el Primperán y el Plasil.
Si tomamos la metoclopramida se produce con cierta frecuencia un efecto secundario llamado distonía. La distonía es una contracción mantenida de un músculo que se produce de forma involuntaria. En este medicamento lo típico es que se produzca en el cuello, lo que llamamos distonía cervical o tortícolis. Lo habitual es que se produzca en las primeras 48 horas tras haber tomado la medicación.
Escribo este post porque la presentación de este cuadro es muy llamativa y puede asustar mucho, sobre todo a los padres cuando ven a su hijo con el cuello en una postura forzada con toda la angustia que acompaña. Hay que aclarar que es un cuadro muy benigno y que no deja secuelas. Si produce muchos síntomas se puede tratar aunque lo normal es simplemente suspender el medicamento y esperar a que se solucione solo. Tienen mayor riesgo de sufrir una tortícolis por metoclopramida los niños y los adultos menores de 30 años. También si tomas dosis más altas de las recomendadas.
Voy a hacer algunas matizaciones. Lo más típico es la tortícolis, aunque a veces este medicamento da distonías en otros sitios. Podemos tener dificultades para hablar, cambios de los gestos faciales, distonía en el párpado o en los ojos o que no podamos abrir la boca por la contracción brusca de los músculos que la cierran (lo que llamamos trismus). Otra matización que quiero hacer es que, en muy raras ocasiones, puede producirse un cuadro más grave con fiebre, dolor de cabeza intenso, confusión, mucha sudoración y rigidez en los músculos. Si aparecen estos síntomas después de tomar la metoclopramida hay que acudir a urgencias porque ya no se trata del cuadro benigno del que hemos hablado antes.
En resumen, si has tomado Primperan o Plasil y de repente te encuentras con una fuerte tortícolis ya sabes la causa y que se trata de una tortícolis por metoclopramida, que es un cuadro llamativo pero benigno.