
Las tracciones cervicales forman parte del arsenal de tratamientos del que disponemos en un gimnasio de rehabilitación. Pueden ser muy útiles si se utilizan correctamente tanto al aplicar el tratamiento como al elegir a los candidatos que se pueden beneficiar de esta técnica.
La técnica es sencilla. Hay muchos tipos de aparatos. Desde los más sencillos con mecanismo de poleas y pesas hasta más modernos con un control de la tracción de forma electrónica. La realidad es que en la columna cervical no es necesario un mecanismo complejo. Lo que existe en la mayoría de los centros es un mecanismo sencillo porque no hace falta más. El paciente se pone un barboquejo que es el que va a tirar de la cabeza. El barboquejo no es otra cosa que una correa que se apoya en la barbilla y en la región de la nuca. Esta correa se continúa con una cuerda que sube por encima de nuestra cabeza que, mediante un sistema de poleas y pesas, va a tirar de la cabeza. De esta manera se produce una tracción indirecta de la columna cervical. Existe otro tipo de sujeción que rodea la frente y la nuca pero se utiliza con menos frecuencia.
Se puede realizar la tracción estando tumbado o sentado. Si la realizamos tumbado los pacientes relajan mejor la musculatura. El peso que se utiliza para traccionar del cuello va a variar mucho entre pacientes. De forma general se comienza con un peso bajo, unos 6 o 7 kilos. Después podemos aumentar progresivamente y no se suele pasar de los 15 kilos. El ángulo de tracción es en el eje de la columna con una ligera flexión cervical.
¿Qué se pretende conseguir con las tracciones cervicales?
Durante el proceso, al realizar la tracción se produce un aumento del espacio intervertebral disminuyendo la presión sobre el disco. A su vez, aumenta el tamaño de los agujeros de conjunción (los agujeros por los que salen las raíces nerviosas). Por todo esto se produce un alivio del dolor irradiado por el brazo que producen los pinzamientos de los nervios enlas hernias discales.
Por otro lado, estamos realizando una elongación de la musculatura. Este estiramiento relaja las contracturas y produce un alivio sintomático.
¿Son eficaces las tracciones cervicales?
En estudios ha demostrado su eficacia en un porcentaje importante de lesiones cervicales como las tortícolis, el dolor asociado a hernias cervicales y en las que hay afectación de las raíces nerviosas. Sin embargo, otros tratamientos pueden ser igual de eficaces en estos casos. Es una opción más de tratamiento que en casos seleccionados puede ser muy útil.
La situación en la que más se utilizan las tracciones cervicales es en la cervicobraquialgia, que es toda aquella lesión cervical que irrita las raíces nerviosas que van a los brazos, normalmente por hernias discales.
En otras situaciones puede ser una ayuda al resto de tratamientos aunque pocas veces necesaria. Los cuellos con mucha artrosis van a tolerar mal el tratamiento y se suele descartar de entrada en estos casos.
En la consulta se puede hacer un test sencillo donde el médico simula una tracción cervical colgando una mano en la barbilla y otra en la nuca. Se realiza una tracción durante 5-10 segundos y se evalúa la sensación que tiene el paciente una vez terminada la maniobra. Si hay alivio de los síntomas puede ser una opción terapéutica y la descartaremos si hay un empeoramiento del dolor.
¿Qué problemas tienen las tracciones cervicales?
La realidad es que si se elige adecuadamente a los pacientes y hacemos una prueba de tolerancia en la consulta, los problemas que pueden surgir son mínimos. La tracción se realiza a través de una cincha que se apoya en la mandíbula por lo que pueden producirse molestias en la articulación temporomandibular. Esta articulación es la que está delante de la oreja y que nos permite abrir y cerrar la boca.
Cuando hay dolores muy acusados con mucha contractura muscular por el dolor, puede ser contraproducente. La tracción requiere de la relajación del paciente. Si debido al dolor el paciente lucha contra la tracción puede acabar con más dolor. Por este motivo se evita en dolores muy agudos.
¿Existen contraindicaciones en las tracciones vertebrales?
Hemos hablado de elegir a los pacientes que se van a beneficiar de las tracciones vertebrales pero, aún más importante, es saber que hay personas que no pueden ni deben someterse a este tratamiento.
Las lesiones como los tumores, las infecciones, la osteoporosis, fracturas o la insuficiencia vertebrobasilar, entre otras, van a ser causas que contraindiquen su uso. Nombro algunas de estas situaciones para que veamos que, aunque parezca un mecanismo sencillo, requiere cierto control. Hay que valorar adecuadamente la lesión que vamos a tratar si queremos evitar accidentes.