
En el cuerpo todo está conectado de una manera u otra. En el post sobre las cadenas cinéticas explico este fenómeno en más detalle. La articulación temporomandibular (ATM) es la articulación que permite el movimiento de la mandíbula para poder abrir y cerrar la boca. El funcionamiento de esta articulación se puede ver afectado por las posturas y lesiones del cuello. Vamos a explicar cómo ocurre esto.
Conexiones musculares de la mandíbula con el cuello
Si nos fijamos en la imagen podremos entender la conexión entre la mandíbula y el cuello. El hueso hioides es un hueso que se encuentra en la garganta y hace de punto de anclaje de numerosos músculos. Se le conoce como el “esqueleto de la lengua”. Los músculos que unen la mandíbula con el cuello (la línea roja de arriba) son los llamados músculos suprahioideos. Si estos músculos se contraen, pueden ocurrir dos cosas. Por un lado, puede ascender el hueso hioides; esto ocurre, por ejemplo, cuando tragamos. Por otro lado, si el hueso hioides está sujeto en su sitio, estos músculos tirarían de la mandíbula hacia atrás.
Del hioides salen músculos que bajan al tórax, los llamados infrahioideos. Estos son los músculos omohioideo y esternohioideo. El primero va a parar al omóplato y el segundo al esternón. Los podéis ver en la foto inicial del post en lo que sería una foto de los músculos de la parte anterior del cuello. Arriba del todo tenemos la mandíbula y en el tercio superior tenemos el hueso hioides que forma como una línea blanca transversal entre medias de los músculos.
En este esquema podemos ver cómo hay una unión muscular entre la mandíbula y el tórax. Esto hace que la postura de la cabeza y el cuello afecten a la mandíbula, como ahora veremos.
Influencia de la posición del cuello en la articulación temporomandibular (ATM)
Entendiendo la anatomía que hemos resaltado antes podemos ver las relaciones de la mandíbula con el cuello y el tórax. En la foto del esqueleto de la derecha vemos que la cabeza está adelantada con la columna cervical estirada hacia adelante. Esto puede ocurrir en ciertos momentos por malas posturas o que haya una alteración estructural establecida en la columna cervical.
Cuando la cabeza y el cuello están en esta postura se tensan los músculos que hemos explicado antes y van a traccionar de la mandíbula. Esto lo podéis ver representado con un flecha roja en la imagen de la derecha. Cuando tenemos la cabeza adelantada, el hueso hioides y los músculos supra e infrahioideos tiran de la mandíbula hacia atrás y hacia abajo. Esto provoca que la articulación temporomandibular cambie su disposición. Para entender exactamente lo que ocurre a nivel de esta articulación tendríamos que profundizar en cómo es su anatomía y función. Por mantenerlo sencillo, simplemente decir que se produce un cambio de posición que no es la óptima para su función. Esto puede provocar dolores crónicos a nivel de la ATM.
Las alteraciones de la ATM son muy frecuentes y muchas personas sufren de ellas. Por su importancia y complejidad merecen otra web aparte. Aquí quiero resaltar simplemente cómo las alteraciones a nivel cervical pueden tener consecuencias en el equilibrio de otras estructuras como es la ATM. A su vez mejorando el equilibrio y las posturas a nivel cervical podríamos mejorar o curar una lesión en la ATM.