
En el post de hoy quiero explicar el concepto de las cadenas cinéticas y su aplicación en nuestro día a día. La persona que ha tenido un esguince de tobillo, por ejemplo, está cojeando durante un tiempo. Según pasan los días pueden aparecer dolores lumbares, en los músculos de la pelvis e incluso en la pierna contraria. Cuando comenzamos a apoyar más se acentúan los dolores tendinosos del propio pie. Esta situación le puede sonar a muchos. Cuando tenemos una lesión pueden alterarse estructuras que no tienen relación directa con la zona lesionada. ¿Por qué ocurre esto?
¿Qué son las cadenas cinéticas?
Al analizar los diferentes movimientos del cuerpo tendemos a simplificar. Por ejemplo, si analizamos la flexión del codo hablamos de los músculos braquial anterior y del bíceps y de cómo consiguen hacer este movimiento. La realidad es que es mucho más complejo que un músculo que mueve una articulación. Para que podamos flexionar el codo y levantar una piedra tienen que coordinarse muchas estructuras. Tus pies están en el suelo y, para que no te caigas al flexionar el codo, los músculos de las piernas y el tronco tienen que equilibrar el resto del cuerpo haciendo contrapeso a las inercias del movimiento del brazo. Los músculos de la espalda también tienen que sujetar el hombro en posición para que no se vaya hacia adelante durante la flexión del codo. Para que funcionen bien los músculos que flexionan el codo, se tienen que relajar los músculos que estiran el codo.
Todo esto requiere del equilibrio entre varias estructuras:
– Las articulaciones tienen que ser estables y tener libertad para moverse en los rangos adecuados para realizar una acción.
– Los nervios son los que envían las órdenes a los músculos para que se muevan. Estas vías deben estar sanas para que las señales se conviertan en la contracción necesaria en el músculo en cada momento.
– Los músculos son las estructuras que cambian de forma y permiten el movimiento a nivel de las articulaciones.
– El sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) es el encargado de coordinar y regular la acción de los músculos. Solo una acción coordinada de toda la musculatura permitirá realizar la acción deseada sin lesiones. Cada músculo se contraerá el tiempo necesario con la intensidad necesaria y todos coordinados en cada momento.
A esta manera de entender el movimiento donde todo está interconectado es lo que nos referimos al hablar de cadenas cinéticas. Ninguna estructura mecánica del cuerpo funciona sola sin tener influencias o ser influenciada por otra región.
Pongamos otro ejemplo. Cuando caminamos podría parecer que solo movemos las piernas y poco más; pero no es así. Al dar un paso, se contraen los músculos de las piernas mientras la pelvis se inclina, el tronco hace el esfuerzo contrario para equilibrarse y los brazos se mueven hacia adelante y atrás para compensar las rotaciones. Lo he dicho de forma muy simplona para que se vea cómo el cuerpo entero participa en algo tan aparentemente sencillo como caminar.
Las cadenas cinéticas y la espalda
Todo lo que he comentado tiene implicaciones en el origen y causa de las lesiones y en el proceso de recuperación.
Un desequilibrio en una de las estructuras o funcionamientos que hemos comentado antes, provocará lesiones. La falta de elasticidad en los isquiotibiales, unos abdominales débiles o una lesión en una pierna pueden ser el origen de una lesión lumbar por el desequilibrio muscular que generan. Igualmente el desgaste de las articulaciones de las vértebras o una lesión en un nervio pueden ser el origen del desequilibrio y el dolor. En una cirugía lumbar en la que se accede por vía posterior se pueden dañar los músculos extensores y los nervios que los mueven. Este daño colateral de la cirugía puede ser el origen de una lumbalgia crónica.
En el entrenamiento muscular y en la recuperación de lesiones hay que tener en cuenta el concepto de las cadenas cinéticas. Cuando estamos recuperando una lesión hay que trabajar sobre la propia lesión pero también sobre la causa y además recuperar el equilibrio y la relación entre todas las partes del cuerpo. En otras palabras, para recuperar una lumbalgia, hay que hacer ejercicios específicos de la musculatura de la faja lumbar pero también hay que entrenar las piernas, el resto de la espalda y la propiocepción. Los ejercicios que requieren equilibrio y en los que participan las piernas en apoyo, estimulan las cadenas cinéticas que afectan a la espalda.