
Las personas adultas de alguna forma conocemos la existencia de las benzodiazepinas aunque solo sea por “esa pastilla que se toma mi madre para dormir”. El más conocido y estudiado es el diazepam, aunque hay muchos otros en el mercado. También solemos conocerlos más por sus marcas comerciales.
¿Qué hacen las benzodiazepinas en mi cuerpo?
Antes de tomar estos medicamentos es interesante entender qué es lo que ocurre en nuestro cuerpo cuando lo tomamos. Hay un neurotransmisor que circula por el sistema nervioso central que se llama GABA. Entendemos por sistema nervioso central al cerebro y la médula espinal básicamente. Este neurotransmisor (GABA) se une a receptores que están en las sinapsis de los nervios. Las sinapsis son las uniones que hacen unas células nerviosas con otras para comunicarse. Lo que hace el GABA es inhibir, es decir limitar las comunicaciones. Las benzodiazepinas se unen a los receptores y ayudan al GABA potenciando su actividad.
Esta potenciación del GABA por parte de las benzodiazepinas hace que sean medicamentos que frenan la epilepsia (anticonvulsivantes), producen relajación muscular (miorrelajantes), inducen sueño (hipnóticos) y quitan ansiedad (ansiolíticos).
¿Para qué sirven las benzodiazepinas?
Los médicos prescribimos este tipo de medicamentos en muchas situaciones que voy a explicar en función de los efectos descritos antes, aunque me centraré sobre todo en la espalda y el cuello.
– Anticonvulsivante. El efecto inhibitorio que hemos contado hace que se utilicen para frenar convulsiones o una crisis epiléptica que se ha puesto en marcha. Para prevenir se utilizan otro tipo de medicamentos porque no es aconsejable mantener las benzodiazepinas en el tiempo.
– Ansiolítico. Estos medicamentos alivian los síntomas que produce la ansiedad y que son tan molestos para el que lo padece, como son las palpitaciones, la dificultad para respirar y la sensación de angustia.
– Hipnótico. Ayudan a conciliar el sueño y hacen que nos despertemos menos por la noche.
– Miorrelajante. Las benzodiazepinas producen relajación de la musculatura. Este es el efecto que más se busca cuando tratamos una dolencia de espalda y/o cuello. Los primeros días después de un dolor agudo en el cuello o en la espalda se producen contracturas reflejas de los músculos que buscan estabilizar las articulaciones de las vértebras que han sufrido. El problema es que estas contracturas pueden ser muy dolorosas y limitantes. Para aliviar el dolor y estos espasmos musculares se utilizan las benzodiazepinas con cierta frecuencia. Además el efecto ansiolítico e hipnótico nos ayuda también a que el paciente descanse mejor y lleve mejor la primera fase inflamatoria. Es muy frecuente su uso después de un accidente de coche, por ejemplo, donde hemos sufrido daño en el cuello.
¿Qué benzodiazepina es mejor para mi?
El efecto que producen estas sustancias en cada persona es muy diferente. Cada persona tiene diferente tipo de receptores en su organismo. Esto significa que la misma pastilla a uno le puede hacer mucho efecto y sentirse muy dormido y otro decir que no nota casi nada. Esto hace que haya que ajustar los tratamientos de forma individual.
En cuanto a qué benzodiazepina utilizamos, tomamos en cuenta varias cosas. Voy a dar algunas pinceladas aunque debemos tener claro en todo momento que nuestro médico es el que tiene toda la información para prescribirnos el medicamento más adecuado para nuestra situación particular. Todas las benzodiazepinas tienen parte de todos los efectos descritos aunque se diferencian unas de otras en función de cuánto efecto tienen de cada cosa. Por ejemplo, el lorazepam y alprazolam son más potentes como ansiolítico que otros y el diazepam es mas miorrelajante que otros. Por otro lado, cada medicamento es diferente en cuanto al tiempo que está en nuestro cuerpo realizando su acción.
Al decidir el medicamento y la dosis más adecuada también entran otros factores como la edad y enfermedades que pueden hacer más aconsejable uno que otro. En definitiva, siempre consulten con un médico.
¿Es malo tomarlo mucho tiempo?
Las benzodiazepinas son medicamentos que crean dependencia, es decir, “que enganchan”. Cada vez necesitamos más dosis para tener el mismo efecto, sobre todo para dormir. El efecto ansiolítico suele mantenerse más tiempo con las mismas dosis. Por este motivo, en tratamientos de la espalda y cuello no se recomiendan más allá de unos días. Mantenerlo más tiempo no tiene sentido porque pierden su efecto y nos vamos a enganchar. En otro tipo de enfermedades como la ansiedad se utilizan durante más tiempo aunque no deberían mantenerse a largo plazo.
Al ser un fármaco que engancha produce síndrome de abstinencia. Cuando dejemos de tomarlo puede ocurrir que nos notemos más nerviosos y que nos cueste dormir un poco. Debemos estar tranquilos y no retomarlos porque en unos días este efecto se pasará y podremos continuar nuestra vida sin depender de ellos.
Carla says
Muy interesante
Arey says
Llevo un año y medio tomando 5mg d diazapam antes d dormir recetado por mi medico d cabecera para contractura en zona d ATM. Llevo otros tratamientos, pero resulta q cada vez q intento reducir la dosis d diazepam empeoro y vuelven los dolores en la zona d ATM. El dentista me insiste en q deje el diazepam, pero es q, aunq soy el primero q no quiero utilizarlo mas, no puedo por los dolores. ¿Q me sugerís?
Dr. Serrano Sáenz de Tejada says
Hola Arey, el diazepam relaja el músculo pero también es ansiolítico. Si dejas de tomarlo después de tanto tiempo es normal que notes un empeoramiento. Lo habitual es que si aguantas sin la medicación, en cuestión 1-2 semanas probablemente vuelvas a estar bien. Si no lo consigues, se puede valorar cambiarlo por otro medicamento. Esto depende de la situación global. En los casos en que predomina la ansiedad, hay medicamentos mejores que el diazepam. Un antidepresivo a dosis bajas es mejor medicamento por muchos motivos. Si persiste el problema, es recomendable una valoración en el cirujano maxilofacial o un médico rehabilitador especializado en ATM. Un saludo.