
Las lesiones nos pueden llevar forzosamente a cambiar la forma de dormir. Si nos escayolan un brazo, por ejemplo, nos quedarán pocas opciones. En otras lesiones podremos dormir en cualquier postura pero unas nos convendrán más que otras. Este es el caso de la espalda. Hay dos cuestiones que quería tratar en este post. Por un lado, cómo podemos controlar las posturas durante la noche y, por otro lado, el problema de conciliar el sueño cuando tenemos que dormirnos en una postura nueva.
¿Es posible controlar las posturas del cuerpo mientras dormimos en la cama?
Muchas personas tienen la idea de que cuando estás dormido no eres tú el que está al mando y que no controlas lo que haces. Pues bien, esto no es verdad. Tenemos control sobre nuestro cerebro “inconsciente” para que nos entendamos, pero no de forma directa como cuando estamos despiertos.
Nuestro cerebro nos escucha. Si le hacemos consciente y partícipe a esta otra parte de nuestra mente, podemos conseguir cosas sorprendentes. Para conseguirlo, primero tenemos que creer que es posible y, segundo, estar lo suficientemente motivados. Si nos decimos en voz alta “yo no puedo controlar la postura que tengo cuando duermo”, os aseguro que no lo controlaréis nunca. El cuerpo no pierde energías en lo que no puede hacer. Sin embargo, si te lo crees verás que es posible. La explicación a esto es compleja y aleja de la temática de la web pero os dejo con un ejemplo concreto que lo ilustra bien.
Hace 12 años pasé por una cirugía en los ojos. La indicación más importante del cirujano, durante los días siguientes a la operación, era que no debía tocarme los ojos. Como podéis ver, la motivación no podía ser mayor. Mi preocupación era la noche, por la incertidumbre de si podría controlar mis gestos. Al ser un usurario de lentillas, estaba muy acostumbrado a tocarme los ojos y me los frotaba sin aprensión ninguna. Además de esto, yo dormía boca abajo habitualmente.
Tenía que cambiar algo o me arriesgaba a quedarme ciego. Casi que elegí lo primero y muy seriamente me conciencié de que había que comportarse durante la noche. Solo hizo falta tener esto claro y repetírmelo constantemente mientras me acostaba boca arriba, con los brazos pegados a cada lado del cuerpo. Para mi sorpresa, ocho horas después me despertaba en exactamente la misma posición.
He preferido contaros esta anécdota real que enrollarme con más teoría. En resumen, hay que hablarnos y estar motivados y conseguiremos lo que queremos.
No estoy acostumbrado a dormir en esta postura y no concilio bien el sueño
El segundo problema que habíamos planteado al principio del post era cómo conciliar el sueño cuando cambiamos de postura. Al principio nos va a costar dormir en una postura nueva. Hay que pensar que llevamos toda una vida en una postura y de la noche a la mañana no vamos a cambiar como si nada. Hay que tener paciencia y saber que nos costará dormirnos durante unos días hasta que nos acostumbremos. Por eso, para ayudarnos a conseguirlo se pueden hacer varias cosas. Por un lado, nos puede ayudar utilizar las medidas clásicas de higiene del sueño. Pueden parecer cosas sencillas pero tienen mucha importancia. Por otro lado, si no lo conseguimos, podemos utilizar técnicas sencillas de relajación e incluso ayudarnos temporalmente con alguna medicación.
Las medidas básicas para una correcta higiene del sueño son:
– Intentar acostarnos y levantarnos siempre a las mismas horas.
– Hay que quitarse de bebidas excitantes a partir de la hora de la comida. No debemos tomar cafeína por la tarde-noche. Hay que evitar café, té, coca colas, etc.
– Es recomendable cansarse con algo de ejercicio moderado. Dicho esto, debe evitarse el ejercicio en las últimas horas del día. Hay que dejar 3-4 horas para que el cuerpo se desactive.
– No comer en las dos horas antes de acostarnos y evitar cenas copiosas. Tampoco hay que ir a la cama con hambre.
– Se debe evitar el alcohol varias horas antes de irse a dormir.
– Si te quedan cosas por hacer, haz una lista en un papel para dejarlas para mañana sin la preocupación de si se te olvidará algo.
– Un hábito muy común hoy día es llevarse el ordenador o la tablet a la cama. La estimulación de una pantalla no es lo ideal antes de acostarse, es mejor evitarlo.
– El tabaco también influye, si se puede, se debe intentar evitarlo por la tarde.
Si a pesar de esto nos cuesta mucho, podemos hablar con nuestro médico para que nos prescriba algún medicamento hipnótico que ayude a conciliar el sueño. Esto nos puede ayudar los primeros días si nos está costando más de lo tolerable.
Fernanda says
Este es el segundo post que leo de ustedes y me encanta. La forma como explica las cosas es muy clara, la anécdota fue lo mejor porque creo fielmente que el cuerpo se domina desde la mente. Yo duermo casi siempre en posición fetal, rara vez boca arriba y nunca boca abajo. No sé si sea bueno para mi espalda con discopatía, pero hasta ahora he andado bien.
Saludos!
Dr. Serrano Sáenz de Tejada says
Hola Fernanda, muchas gracias. Para la espalda, dormir en posición fetal probablemente sea lo mejor, así que ningún problema. Un saludo.