
En un post anterior hablaba del déficit de vitamina B12 como posible origen de síntomas neurológicos en las piernas, como puedan ser las parestesias. Con este tipo de posts quiero resaltar cómo nuestra dolencia puede no ser debido a una hernia discal en ocasiones, aunque lo parezca. Por esto siempre es recomendable la valoración de un médico. Hay un síndrome que produce un cuadro muy similar al déficit de vitamina B12 que es el déficit de cobre. De hecho en pacientes con déficit de vitamina B12 que no mejoran tras reponer la vitamina, el siguiente paso es valorar si el problema está en un déficit de cobre añadido.
La primera reacción puede ser de sorpresa al descubrir que tenemos cobre en el cuerpo y que encima si nos falta enfermamos. Pues es así. No se sabe bien del todo por qué el déficit de cobre provoca los problemas neurológicos que veremos. Sí se sabe que el cobre forma parte de reacciones enzimáticas importantes para que funcione bien el sistema nervioso y probablemente este sea el origen.
¿Qué síntomas da el déficit de cobre?
El déficit de cobre afecta a la médula espinal y da síntomas neurológicos como la inestabilidad en la marcha y alteraciones de la sensibilidad. Es muy similar a lo que comentábamos en el post sobre el déficit de vitamina B12. Aunque esta es la forma más habitual también puede afectar a los nervios periféricos. La mayoría tienen parestesias en las piernas y también pueden aparecer lesiones focales como un pie caído o la parálisis de un grupo muscular en los miembros superiores. Lo habitual es que la afectación de los nervios periféricos vaya conjuntamente con la afectación medular.
Hemos hablado de las afectaciones neurológicas pero no termina aquí. El déficit de cobre también produce anemia y leucopenia, es decir, disminuyen los glóbulos rojos y los glóbulos blancos de la sangre.
¿Por qué nos puede faltar cobre?
Hay varias causas posibles. Es muy raro que no tomemos suficiente en dieta. El problema suele ser que hay un problema que impide que se absorba bien en el aparato gastrointestinal. Lo más habitual son las cirugías gástricas. También tenemos enfermedades intestinales que se asocian a problemas de malabsorción como son la enfermedad celiaca o la enfermedad inflamatoria intestinal. Una causa curiosa de déficit de cobre es la ingestión excesiva de zinc. El cobre y el zinc compiten para ser absorbidos en el tubo digestivo. Si tomamos excesivo zinc nos puede faltar cobre.
¿Cómo diagnosticamos y tratamos el déficit de cobre?
Cuando los médicos sospechamos la enfermedad se puede hacer una determinación del cobre en sangre. En algunos casos no es tan sencillo y habría que hacer otras determinaciones, pero por no complicar la explicación, así sería la mayoría de las veces. Como en toda lesión que afecta a la médula, es probable que también nos estudien con una resonancia magnética de la columna para evaluar la lesión y descartar otro tipo de afectaciones posibles.
Si se confirma un déficit de cobre, tenemos que tomar suplementos de esta sustancia. La vía de administración depende de la causa. Muchas veces con dar suplementos orales de sales que contienen cobre es suficiente. En otros casos tendrá que ser pinchada, vía intramuscular o intravenosa. Como hemos comentado, el exceso de zinc puede provocar el déficit de cobre. Por ello, si sospechamos que esta es la causa hay que determinar el origen y limitar esta ingesta.