
Una persona que comienza con dolores de espalda puede llegar a mirar a su colchón con cara de sospecha. “¿No serás tú el que me provoca los dolores?” En la mayoría de los casos no será culpa del colchón. Simplemente es que el dolor lumbar es típico que nos despierte antes de tiempo. Independientemente de si el colchón tiene alguna culpa, la persona con dolor se plantea tener la mejor cama posible para mejorar su situación. En este post quiero dar los elementos a tener en cuenta al elegir un colchón para la espalda.
Demostrado científicamente hay poco en cuanto a la elección de un colchón. Los estudios que hay en dolor crónico de espalda por un lado desaconsejan los colchones muy blandos que pueden provocar dolor. Por otro lado parecen ser mejores los colchones con dureza media que los más duros. En definitiva que el colchón no debe ser ni muy blando ni muy duro. Esto es lo que dice la ciencia. Esto deja demasiadas opciones abiertas. Por eso os voy a contar ahora lo que dice la lógica médica.
No hay dos personas iguales. Yo recuerdo alguna época donde se oía que lo mejor era dormir sobre una tabla rígida y cosas similares. Este tipo de simplificaciones no tienen ningún sentido, ahora veréis por qué. El mismo excelente colchón puede irle bien a una persona y mal a otra, voy a poner un ejemplo.
Vamos a imaginarnos que una pareja que duermen en la misma cama van a elegir un colchón. El señor es alto con algo de sobrepeso y tiene unas curvaturas de la espalda aplanadas. Elige un colchón algo rígido, se tumba boca arriba y el señor se encuentra cómodo. Es entendible. Por un lado, al ser pesado (por talla y sobrepeso) hundirá el colchón más que una persona delgada y bajita. Al tener las curvas de su columna poco pronunciadas, a poco que ceda con su peso el colchón enseguida se adapta a su espalda. Estoy simplificando para entenderlo sin entrar a hablar de materiales.
Después llega la mujer que resulta que es delgada y con un poco de hipercifosis, es decir, tiene la curvatura dorsal más pronunciada de lo normal. Se tumba boca arriba en el mismo colchón y se encuentra muy incómoda. ¿Qué ha pasado? ¡Pero si el colchón es el mejor del mercado! Al pesar poco, el colchón no se hunde y realiza los apoyos sobre todo en la zona glútea y dorsal. Ahí se concentra toda la presión. Además al ser delgada, las apófisis espinosas sobresalen más. Las apófisis espinosas son las partes de hueso que sobresalen por detrás en la columna y que podemos tocar en la línea media. El hueso es muy sensible cuando presionamos directamente sobre él. En personas delgadas las apófisis espinosas están a flor de piel y si concentramos la presión sobre la zona dorsal, tendrá molestias.
Hemos puesto un ejemplo de personas que se tumban boca arriba pero ¿qué ocurre si dormimos de lado? Al estar acostados sobre el lateral necesitamos que el colchón sea algo más blando que si lo hacemos habitualmente boca arriba. Esto es debido a que el hombro sobresale y se tiene que hundir un poco en el colchón para que apoye adecuadamente la espalda. Si el colchón es muy rígido, sobre todo provocará dolor en el hombro al dormir de lado.
Para terminar hay otro detalle importante. Es posible que tengamos una almohada favorita que nos va genial. Resulta que al cambiar de colchón pasamos a estar incómodos o con dolor de cuello. ¿Esto por qué ocurre? Lo comento un poco en el post sobre cuál es la almohada ideal. Si el colchón es más blando que el anterior, la almohada quedará más alta. Si por el contrario es más firme, la almohada nos parecerá que está más baja que antes. Es recomendable probar los colchones y la almohada juntos si es posible.