
Las manipulaciones vertebrales son conocidas por ese gesto que realiza un terapeuta que te hace “crujir” o que te “coloca” las vértebras. Los beneficios o indicaciones de las manipulaciones vertebrales son diferentes según el profesional que tengamos delante. Yo os voy a hablar sobre todo desde el punto de vista médico y lo que hay demostrado científicamente. Existen algunas aportaciones de quiroprácticos y osteópatas que, si bien no están demostradas, añaden cosas interesantes.
El doctor Robert Maigne ha sido el gran estudioso de este tema desde el punto de vista médico. El Dr. Maigne ha llevado a cabo numerosos trabajos científicos sintetizando las afecciones de la columna en las que serían útiles las manipulaciones vertebrales.
La manipulación vertebral es un gesto en el que el terapeuta nos coloca zonas determinadas de la espalda al final de una movilización pasiva, por ejemplo girando el cuello hasta el tope. Una vez llegada a la posición se realiza el gesto manipulativo (llevando el movimiento de forma breve y en pequeño recorrido más allá de esta posición). Este pequeño gesto controlado produce un chasquido similar a cuando nos hacemos sonar las articulaciones de los dedos.
Muchas veces se dicen cosas como “me han colocado las vértebras que estaban descolocadas”. Este término no sería lo más correcto en cuanto a que se ha demostrado que las vértebras no cambian de posición. Lo que sí se produce en ocasiones es el desbloqueo de un segmento vertebral que tenía limitada su movilidad.
Maigne demostró la acción de las manipulaciones en el tratamiento de lo que llamó trastorno intervertebral menor. Se refería a bloqueos en las articulaciones posteriores que generaban dolor e irradiación. Estas zonas articulares son muy ricas en nervios sensitivos y los trastornos a este nivel producen dolores mecánicos característicos. En el gesto manipulativo, el chasquido que oímos proviene de estas articulaciones. Si se alivia una zona bloqueada se ha visto cómo de forma seguida se relajan las contracturas musculares que acompañaban al trastorno articular.
Hay autores que defienden la acción de la manipulación en las lesiones discales. Es cierto que durante las manipulaciones vertebrales se producen variaciones en la presión intradiscal y puede que juegue un papel en el alivio sintomático. A pesar de esto, nunca se ha visto en pruebas de imagen (como el scanner) que se reduzca una hernia discal después de una manipulación. Por el contrario, sí existen descritos accidentes que han agravado una lesión discal.
Algunos terapeutas utilizan las manipulaciones vertebrales en el tratamiento de problemas viscerales. Aunque puede tener cierta acción sobre el sistema nervioso autónomo (el sistema nervioso que se encarga de las funciones automáticas como la digestión, el sudor, etc) no está demostrado qué papel puede jugar en este sentido.
Independientemente del diagnóstico y la lesión o trastorno que se pretende tratar debe estar presente siempre el “primum non nocere” que viene a decir en latín que lo primero es no hacer daño. Cuando aplicamos un tratamiento como las manipulaciones vertebrales donde hay beneficios pero no todos demostrados, es importante asegurarnos que lo realizamos sin riesgo. Desde el punto de vista médico hay algunas contraindicaciones que se deben respetar para evitar accidentes. Las complicaciones son raras pero pueden ser potencialmente muy graves sobre todo en la columna cervical. Yo mismo tuve que atender a una paciente que había sufrido una consecuencia grave después de una manipulación. Esta persona sufría de un tumor en la columna sin saberlo y recibió una manipulación vertebral que le produjo graves secuelas. Con esto no quiero dar miedo ni desprestigiar este gesto terapéutico porque la realidad es que estos accidentes son excepcionales. Sí quiero concienciar de la importancia de acudir a un médico cuando tenemos una dolencia de espalda. Nuestro médico nos podrá decir si en nuestro caso hay problemas o no para recibir terapias manuales.
¿Qué contraindicaciones tienen las manipulaciones vertebrales?
Voy a destacar las contraindicaciones generales y después las que detecta el terapeuta que hacen desaconsejable el tratamiento.
Está completamente contraindicado realizar manipulaciones vertebrales en casos de tumores, infecciones, lesiones vasculares locales, problemas de huesos o lesiones que puedan producir compresiones (como son las fracturas vertebrales por osteoporosis). También hay que tener en cuenta problemas que se hayan tenido en manipulaciones previas que desaconsejen nuevas manipulaciones como son los mareos y vértigos. En lesiones nerviosas activas (radiculopatías) provocadas por una hernia discal no es recomendable la manipulación ya que no está demostrado su beneficio y sí existen descritos accidentes en este sentido. Las lesiones discales no son una contraindicación por sí mismas.
Hay otros factores que no son contraindicaciones pero obligan a tener cuidado y valorar el riesgo-beneficio, como puede ser el tomar anticoagulantes o en las lesiones traumáticas cervicales recientes donde puede haber afectación arterial que pase desapercibida.
El terapeuta debe seguir una serie de normas para evitar accidentes. Por un lado están las condiciones médicas que hemos comentado y por otro lado están las reglas a seguir durante el procedimiento. Maigne describió las “reglas del no dolor y del movimiento contrario”. Esta sencilla frase tiene mucha importancia. Las manipulaciones se deben hacer siempre en posiciones sin dolor y se realizan en la dirección opuesta al movimiento que generaba el dolor. A nivel del cuello, además hay que realizar unas pruebas sencillas para valorar el estado de las arterias que pasan por el cuello y evitar el tratamiento si se preven posibles complicaciones en este sentido.
En resumen, las manipulaciones vertebrales son una herramienta más de tratamiento en las dolencias de espalda que pueden aportar muchos beneficios pero no son inocuas y requieren de ciertas precauciones, sobre todo en la columna cervical.
Nacho says
Buenas, doctor Serrano:
Reavivo esta entrada de nuevo porque es la única en su web en la que trata, aunque lateralmente, el tema de los «crujidos» o chasquidos en la espalda.
Desde hace más de dos semanas siento en mi nuca frecuentes chasquidos involuntarios, al movilizar el cuello: es como un «clic» o leve crujido sordo en ciertos movimientos que no siguen un patrón claro. Al respirar algo más profundamente, al mover el cuello sin hacer un esfuerzo, al andar, al girar levemente la cabeza… La cuestión es que son muy frecuentes -varios cada hora- y me parecen distintos al sonido propio de las manipulaciones vertebrales (tampoco es un sonido como «arenilla», cosa que sí puedo llegar a oír al girar el cuello en círculos de forma más acusada).
Tengo un proceso degenerativo cervical (en los discos c4-c5-c6-c7) y temo que este hecho sea un síntoma de que todo anda peor ahí dentro. Como resulta prudente, tengo cita con mi traumatólogo a mediados del mes que viene para valore médicamente este nuevo hallazgo.
De todas maneras, asusta un poco que estos «chasquidos» sean la traducción de una hipermovilidad o inestabilidad vertebral, o de serios problemas -además de con el disco intervertebral- con las articulaciones facetarias.
Estoy convencido de que este tema (ruidos en las articulaciones vertebrales) puede resultar muy interesante a algunos de los lectores de su web. Seguro que una ayuda a saber cómo interpretarlos y qué hacer en cada caso, es muy beneficioso para los que padecemos este tipo de síntomas. En Internet, sobre este asunto, hay muy poca literatura médica divulgativa en castellano.
Muchas gracias por su labor, como siempre. Un saludo afectuoso.
Dr. Serrano Sáenz de Tejada says
Hola Nacho, tomo nota y dedicaré un post a este tema que es cierto que puede inquietar en ocasiones. Es general los ruidos en las articulaciones cervicales no tienen mucha trascendencia en el sentido de que no suelen reflejar ninguna complicación. Hay ruidos que son debidos al desgaste del cartílago en las articulaciones y otros simplemente por el líquido articular cuando la articulación ha sufrido un poco y tiene cierta inflamación. Estos ruidos dan una sensación incómoda pero suele ser pasajera y no tiene transcendencia. Suelen aparecer como consecuencia de una sobrecarga en las articulaciones y, igual que vinieron, es muy probable que poco a poco se vayan. Un saludo.