
En las cirugías de artrodesis lumbar en ocasiones se utiliza un corsé que el paciente lleva durante tres meses aproximadamente. ¿Realmente es necesario llevar corsé tras cirugía lumbar? La realidad es que hay pocos estudios que den respuesta a esta pregunta pero se puede dar una respuesta. En este post voy a contar por qué se utiliza y lo que dicen estos estudios.
El mejor estudio que hay hasta la fecha es el realizado por A.J. Yee y sus colaboradores. Se trata de un estudio serio en el que compara el resultado de la cirugía lumbar con y sin corsé (dejo enlace al estudio). Los autores siguieron a 90 pacientes durante dos años tras la cirugía. De forma aleatoria unos llevaban corsé y otros no. Los que llevaban corsé lo mantuvieron durante 8 semanas. A lo largo de los dos años siguientes se valoró la evolución tomando en cuenta la situación funcional, la presencia o no de complicaciones y el grado de fusión conseguida.
El estudio concluye que utilizar un corsé tras la cirugía de artrodesis no da ninguna ventaja ni desventaja respecto a no usarlo. Hay que tener en cuenta que eran cirugías programadas por lesiones degenerativas de la espalda.
Hay otro tipo de estudios que han experimentado midiendo las fuerzas que sufre el material de osteosíntesis, es decir, las barras y los tornillos. Estos estudios observan que llevar un corsé no disminuye las fuerzas sobre el material. Esto sería otro motivo más para no utilizar un corsé.
Si no es necesario, ¿por qué se utiliza corsé tras cirugía?
Si nos remontamos a cómo se realizaban las artrodesis años atrás podemos entender muchas cosas. La cirugía de la artrodesis pretende fusionar las articulaciones de un segmento vertebral. Para ello se destruye la articulación y se pone hueso entre medias para que se forme un bloque de hueso, para que nos entendamos. De esta forma, convertimos una zona móvil que es la articulación en un bloque de hueso que no se mueve. El problema es que el hueso que pones tarda en consolidar unos tres meses. Para que pueda consolidar el hueso es necesario que no haya movimiento mientras el hueso no está sólido. Antiguamente esto se conseguía poniendo un corsé. El paciente llevaba el corsé que impedía que pudiera mover la zona lumbar.
Este método era muy sacrificado y requería mucha inmovilización y encamamiento. Posteriormente surgieron las fijaciones con instrumental. Con los sistemas de barras y tornillos (el método más habitual actualmente) se consigue impedir que el segmento se mueva. El instrumental tiene la suficiente solidez como para sujetar el segmento durante mucho tiempo sin problemas.
Si ya está sujeto por tornillos y barras, ¿para qué queremos un corsé? La realidad es que si la cirugía ha salido bien, no hace falta un corsé como demuestra el estudio que hemos comentado al principio. ¿Por qué se utiliza? Hay dos posibles respuestas. Por un lado, puede ser la sensación del cirujano de querer dar más protección a la zona intervenida como continuación de los hábitos del pasado. Por otro lado, puede haber circunstancias durante la cirugía que hagan aconsejable mayor inmovilización al principio. Debido a esto, independientemente de las opiniones, la última palabra la tiene el cirujano que te ha operado y debemos hacerle caso.