
La espalda y el cuello son el eje de nuestro cuerpo. Protegen a la médula espinal que lleva los nervios que se distribuyen por todo el cuerpo. Nos permiten que podamos mover las manos y las piernas pero quien decide lo que hacemos es nuestro cerebro. El cerebro es el que fabrica la vida que vemos y la que vivimos. No somos conscientes de hasta qué punto esto es así. Según la realidad que proyectamos en nuestra cabeza, así vivimos nuestra vida. Os voy a poner un ejemplo práctico para que veáis cómo nos ponemos los límites nosotros mismos.
¿Sabéis cómo se amaestra una pulga? Antaño existían circos de pulgas donde se hacían espectáculos con pulgas amaestradas. Estas pulgas saltaban lo que quería el domador o eso es lo que parecía. El truco está en cómo se las “entrena”. A las pulgas se las mete en tarros de diferentes alturas. Los tarros tienen tapa y las pulgas al saltar se golpean contra ella. Tras saltar repetidamente y hacerse daño, la pulga regula el esfuerzo de su salto. Finalmente solo salta lo justo para no darse con la tapa. Bastante lógico ¿verdad? Lo interesante viene después. Cuando se les saca del tarro, la pulga ya solo salta a esa altura, nunca vuelve a saltar con todas sus fuerzas.
A las personas nos pasa algo muy parecido, salvando las distancias. Desde que somos niños nos vamos poniendo límites y nos creemos incapaces de muchas cosas. Con el tiempo estos límites cada vez son mayores pero siempre tienen algo en común. La mayoría los hemos creado en nuestro cerebro pero no son reales. Es muy fácil escribir esto en un post, pero es muy difícil darnos cuenta de nuestras propias realidades.
Es muy difícil porque creamos una verdadera coartada para justificar todo lo que hacemos y pensamos. Dicen que somos la media de las 5 personas con las que pasamos más tiempo. Esto es muy real. Nos rodeamos de quien nos cuadra dentro de la realidad que nos hemos creado y así todo cobra sentido. Todo es nuestra creación.
Todo esto lo cuento para que entendamos la vida. No quiero que nadie se sienta frustrado por llevar un camino que no le convence. Está claro que son las circunstancias que nos rodean la que nos ponen muchos límites. Estos límites los aceptamos muchas veces porque tenemos una estabilidad que no queremos poner en juego. Es lógico. Pero sí quiero que quede claro que si nuestra realidad no nos gusta, existen miles de otras realidades. Solo tenemos que ir a buscarlas. No las conocemos y eso hace que la travesía sea dura, como cuando Colón salió a un destino que no sabía si encontraría.
Nuestro cuerpo nos habla y nos dice si la vida que hemos creado es la que necesitamos. Si nos empeñamos en llevar una vida que nos hace infelices, nuestro cuerpo sufrirá enfermedades. Hasta hace poco la medicina solo analizaba causas biológicas de la enfermedad. Que si esta enfermedad es por esta bacteria, que si este cáncer es por estos genes. Todo esto es importante pero no es toda la foto. Hay una inteligencia superior que nos resistimos a reconocer. Hay cosas de la vida que dan más salud que cualquier medicina.
La amistad, por ejemplo, tiene un demostrado poder curativo y capacidad de mantenernos libres de enfermedad. Subestimamos muchas veces la relación de nuestras dolencias con la forma que vivimos nuestra vida. Queremos la solución a nuestros problemas en una consulta médica y no siempre la encontraremos ahí. La solución puede estar a nuestro alrededor sin darnos cuenta. Quizás en las personas que queremos y con las que pasaremos estos días festivos.
¡Feliz Navidad y próspero año 2016!
Francisco says
Que interesante artículo, la verdad con el paso de los años te das cuenta de muchas cosas y del poder de la mente, pues si está decae es muy dificil conseguir objetivos y tener una vida plena.
Un abrazo y Feliz Navidad y una buena entrada de año nuevo.
Francisco
Dr. Serrano Sáenz de Tejada says
Muchas gracias Francisco, Feliz Navidad!