
En un post anterior explicábamos en qué consistían los reflejos osteotendinosos y por qué el médico nos daba con un martillo para tomarnos estos. Si no lo has leído recomiendo ir al enlace antes de seguir leyendo. A continuación voy a contar cómo y donde tomamos los reflejos en las piernas y el significado que tiene en el contexto de la lesión lumbar.
Si acudimos con un dolor de espalda, sobre todo en los casos de ciática, es probable que el médico nos tome los reflejos de la pierna durante la exploración física. Básicamente se toman dos, el reflejo rotuliano y el reflejo aquíleo. Voy a explicar ambos reflejos y luego veremos el significado de lo que puede ocurrir al explorar.
¿Donde nos toman los reflejos en las piernas para evaluar lesiones lumbares?
El reflejo rotuliano se toma en la rodilla, justo en el tendón que se encuentra debajo de la rótula (como vemos en la foto). Es el tendón final del músculo cuádriceps que se encarga de extender la rodilla. Golpeamos con el martillo aquí y la señal sensitiva viaja por la raíz L3 y L4 (sobre todo L4). Llega la señal a la médula (ya en la zona lumbar de la espalda) y se desencadena el arco reflejo que envía la señal al cuádriceps a través de las raíces motoras L2, L3 y L4. Al llegar la señal al cuádriceps, el músculo se contrae y la rodilla se estira. Las fibras nerviosas procedentes de estas raíces que hemos mencionado, viajan por el muslo formando parte del nervio femoral (también llamado crural). En resumen estamos evaluando esta vía refleja que implica al nervio femoral y las raíces de L2 a L4. Después veremos la interpretación.
El reflejo aquíleo lo tomamos en la parte de atrás del talón (tendón de Aquiles). La señal va a viajar fundamentalmente por la raíz S1 contenida en su viaje por la pierna dentro del nervio ciático. Se pueden tomar los reflejos también en los isquiotibiales mediales para evaluar la raíz L5 pero es menos habitual.
¿Cómo interpretamos el resultado de los reflejos que hemos obtenido con el martillo?
En principio, pueden ocurrir cuatro cosas.
– El reflejo es normal. En este caso entendemos que las raíces que estamos explorando están funcionando. Esto significa que no hay una lesión que interrumpe el arco reflejo ni circunstancias que le han funcionar de forma errática.
– No sale ningún reflejo. El arco reflejo es un circuito cerrado que si se ve dañado o interrumpido en cualquiera de sus vías, no sale. No nos va a decir la gravedad de la lesión. Por ejemplo, podemos perder el reflejo aquíleo por una hernia discal que afecte a la parte sensitiva de la raíz S1 y que después no deje secuelas. Por el contrario puede haber una lesión grave que afecte a la raíz motora S1. También hay que tener en cuenta que en ocasiones no somos capaces de sacar el reflejo aunque no haya lesión. Eso puede ocurrir por falta de relajación del paciente u otros motivos técnicos. El médico tiene en cuenta esto y lo pone en contraste con el resto de la exploración.
– El reflejo sale debilitado. En estos casos es posible que haya un daño pequeño o incompleto. El arco reflejo no está interrumpido pero no funciona completamente. El médico tendrá en cuenta otras posibilidades que pueden deprimir la respuesta refleja como puede ser la medicación que esté tomando el paciente, por ejemplo.
– El reflejo está aumentado. Aquí estamos hablando de otro tipo de lesión que no está en el arco reflejo que hemos descrito sino que está en vías más altas. Existen vías nerviosas en la medula que se encargan de modular la respuesta. Si éstas vías están dañadas no llegan las señales inhibitorias y la respuesta motora esta exacerbada. Esto en ocasiones puede significar una lesión en la médula o a nivel cerebral. Igual que en los casos anteriores necesita interpretación, por sí sólo no se puede sacar esta conclusión.