
La resonancia magnética lumbar es una prueba donde vamos a obtener unas imágenes detalladas de la zona baja de la espalda. Vamos a poder ver las estructuras anatómicas de la región lumbar de la espalda así como algunas características específicas como el contenido de líquido o la inflamación presente en las diferentes regiones estudiadas.
En la foto de la izquierda podemos ver un modelo dibujado de la columna vista desde un lateral. La imagen de la derecha muestra cómo se vería esta columna en imágenes reales de una resonancia magnética. Si nos fijamos en los últimos discos podemos ver que se han salido de su sitio, es decir, se ha producido una hernia discal.
La resonancia magnética se podría decir entonces que es una especie de foto de nuestro interior. Y como en todas las fotos, unos días salimos más guapos y otros más feos. En ocasiones salimos feos en una foto y eso no significa que seamos feos. Pues con esta prueba pasa lo mismo. La resonancia es una herramienta muy útil pero se utiliza demasiado por la demanda social que tiene. La persona que sufre un dolor de espalda que le dura más de lo que considera razonable comienza a sentir la incertidumbre de si tendrá una lesión más grave de lo que pensaba. La cultura popular y la información en internet llevan al concepto de que la resonancia es fundamental para saber lo que tenemos.
Pues bien, voy a dar la vuelta a la tortilla. La resonancia nos mostrará las alteraciones anatómicas pero en una mayoría de los casos no determinará la causa del dolor. La resonancia es muy útil para detectar algunas lesiones graves como puede ser un tumor pero estas lesiones afortunadamente están presentes en un porcentaje muy muy bajo de las exploraciones realizadas. Sin embargo, la mayoría de las resonancias practicadas mostraran imágenes de una zona lumbar con más o menos desgaste (en forma de artrosis o hernias) y que únicamente nos sugerirán posibles causantes del dolor y aportarán poco a la sanación.
Por todo esto, en muchas ocasiones la resonancia magnética genera más daño que beneficio. ¿Cómo puede ser esto? Cuando el paciente lee la descripción de las lesiones en el informe se genera una preocupación. La mayoría de lo que describe el informe van a ser simples huellas del paso del tiempo en nuestra espalda, pero el uso de palabras técnicas hará que pensemos cosas peores. Leemos la palabra “hernia” y la dolencia automáticamente se hace más grave en nuestro cerebro y la realidad es que no tiene ni de lejos la importancia que le damos por culpa de la sabiduría popular. En muchas ocasiones he podido ver en la consulta cómo esta preocupación genera más discapacidad que la propia lesión. En estas ocasiones lo que más cura son las palabras tranquilizadoras de un médico sensato, pero no todos los médicos se explican igual de bien ni tienen el don de transmitir tranquilidad.
En resumen, la resonancia magnética es una herramienta fantástica y cada día mejor, pero se debe usar cuando se sospechan complicaciones y no hacérsela a todo el mundo, porque en mi experiencia, una resonancia realizada sin un buen motivo genera más daño que beneficio.
Aún dicho y explicado esto, la mayoría de los pacientes querrán realizarse una resonancia cuando les preocupe su dolor lumbar. En realidad debemos ser los médicos los que expliquemos bien cada dolencia y saber tranquilizar cuando los síntomas no muestran ninguna probabilidad de complicación o de enfermedad grave.