
La resonancia magnética o RMN es una herramienta muy útil para ayudarnos en el manejo de las lesiones de espalda y cuello. Bien utilizada nos ayuda a los médicos en el diagnóstico y en prescribir el tratamiento más adecuado a los pacientes.
¿En qué consiste la resonancia magnética?
Los aparatos de resonancia magnética necesitan conseguir un campo magnético potente homogéneo. Para ello utilizan unos imanes superconductores. El funcionamiento es un poco complejo pero lo explicaré de forma sencilla. Los átomos de nuestro cuerpo tienen propiedades magnéticas y reaccionan ante un campo magnético externo. Con estos aparatos emitimos un campo constante. Posteriormente se emite radiación electromagnética por unas bobinas en diferentes posiciones a determinadas frecuencias que después se detectan y se procesan en un ordenador. Las diferentes respuestas de los diferentes tejidos del cuerpo nos permiten reconstruirlo en imágenes que en definitiva nos permiten ver la anatomía interna del cuerpo.
¿Qué tipos de resonancia magnética hay?
El aparato que todos conocemos es el tubo que rodea la camilla en la que se tumba el paciente. Estas son las resonancias cerradas.
Existen aparatos de resonancia magnética “abierta”, que están abiertas por los laterales y son mejores para las personas que sufren de claustrofobia o las personas obesas. El único problema es que no consiguen la potencia de los aparatos cerrados más modernos. Las resonancias abiertas consiguen 1,2 Tesla de potencia mientras que los aparatos habituales de RMN consiguen 1,5. No es mucha la diferencia, pero los aparatos más modernos cerrados consiguen 3 Teslas.
¿Cómo es el proceso de hacerse una resonancia?
La prueba se realiza normalmente tumbados boca arriba sobre una camilla. Esta camilla se desliza dentro del aparato que nos va a realizar la resonancia. Nos pondrán unos tapones para los oídos porque el aparato hace bastante ruido durante la prueba. La prueba dura unos 20-30 minutos normalmente para explorar una zona concreta de la espalda como la región lumbar o cervical. Si la exploración se extiende a toda la columna puede durar una hora.
Para realizar la prueba nos tenemos que quitar todos los materiales magnéticos que llevemos encima, como un reloj o pendientes. Hay que tener en cuenta que nos vamos a meter en un imán muy potente que atrae con mucha fuerza a estos objetos.
¿Tiene contraindicaciones la resonancia magnética?
En la clínica en la que nos van a realizar la prueba nos preguntarán todo lo necesario para evitar problemas durante la prueba. La realidad es que hay pocas contraindicaciones pero es importante valorarlas para que todo salga bien. Al tratarse de un imán gigante puede haber problemas con implantes metálicos que tengamos en el cuerpo, ya sea implantados por una cirugía o por cuerpos extraños tras un accidente u otros motivos. La mayoría de los implantes que se ponen hoy día en el cuerpo no son un problema para realizar una RMN. Existen otras contraindicaciones que nos deben valorar como marcapasos, el embarazo y los pacientes en situaciones críticas (los aparatos de emergencia no pueden entrar en la sala de resonancia). En ocasiones, dependiendo del tipo de imágenes que se quieren obtener, es necesario inyectar un contraste. Esto tiene sus propias contraindicaciones que valorará el médico a nuestro cargo.
¿Qué aporta la resonancia magnética en las lesiones de espalda y cuello?
La RMN es la prueba que más y mejor información nos ofrece de los tejidos blandos del cuerpo, es decir, todo aquello que no es hueso. Incluso del hueso nos puede proporcionar algunos datos muy útiles como la presencia de edema. En el estudio de las lesiones de la espalda y cuello va a ser la prueba que más información nos dé puesto que hay muchos componentes importantes como la médula, los discos y las raíces nerviosas que no conseguimos visualizar adecuadamente con otras técnicas. Su existencia sin duda ha supuesto un gran avance para la detección de lesiones y enfermedades en la espalda que antes era impensable.
Hay que tener en cuenta que es una prueba que nos da mucha información pero no lo explica todo, incluso puede ser un factor de confusión. Hoy día corremos el peligro de confiar demasiado en estas pruebas, tanto médicos como pacientes. El paciente dará excesiva importancia a cosas que no la tienen y el médico puede confiarse en estos resultados y no explorar adecuadamente a los pacientes. Como explico en el post sobre la resonancia lumbar, el dolor que tenemos raramente se explica por las imágenes que vemos.