
En una anatomía normal de la espalda vemos 5 vértebras lumbares (en rosa) que se continúan con el hueso sacro como vemos en la imagen. Si nos fijamos en el sacro, está formado por la fusión de vértebras. Esto ocurre en el periodo que nos estamos formando en la tripa de nuestra madre.
En ocasiones esto no ocurre así y podemos ver situaciones variables. Si la última vértebra lumbar (L5) se fusiona con el sacro, tendremos solo 4 vértebras lumbares con movilidad. Es lo que se conoce como sacralización de L5. Por el contrario puede ocurrir que el sacro no se haya fusionado bien y que haya una vértebra que conserva el disco y las articulaciones. Es este caso habría más segmentos móviles y un sacro más pequeño. Es lo que llamamos lumbarización de S1.
Estos dos serían casos puros pero en la realidad nos encontramos estados intermedios de esto. Puede haber una fusión parcial de la vértebra L5 con el sacro con una mega apófisis transversa. Al no estar completamente fusionado da la sensación de haber una apófisis transversa grande.
Mario Bertolloti a principios del siglo XX ya describía estas malformaciones en personas que tenían dolor lumbar. De ahí que podamos encontrar el nombre de síndrome de Bertolloti para describir estas malformaciones. Dicho esto, en estudios más modernos no se ha conseguido demostrar que estas malformaciones sean causa de dolor lumbar.
¿Qué puede ocurrir si tengo una sacralización de L5?
La respuesta a priori es que nada. Hay un porcentaje variable de la población que lo tiene. ¿Todos tienen dolor lumbar? Nada más lejos de la realidad. Estas personas tienen cifras de dolor lumbar similares al resto de la población. Por eso no está claro el papel que puede jugar la sacralización de L5 en el dolor lumbar. Aún así, hay dos situaciones que quiero plantear:
– Imaginemos una sacralización de L5. La vértebra L5 se fusiona con el sacro y perderíamos la movilidad que debería haber en el segmento L5-S1. Por lógica se sobrecargará más el segmento que está encima que es el L4-L5. Cuando hacemos un gesto de flexión con la columna, el movimiento lo vamos a repartir entre menos vértebras por lo que sufrirán más carga.
No hay evidencia de que una persona con sacralización de L5 tenga más problemas de espalda que otra persona que no lo tenga. El dolor lumbar es algo muy común en la población y esto es un factor más entre todos los que nos rodean. No parece que sea un factor determinante en el origen del dolor aunque la lógica dice que puede tener una desventaja mecánica como comento. Lo que no está demostrado es que esto predisponga a tener dolor lumbar.
– Las anomalías lumbosacras pueden despistar al cirujano. Si no somos minuciosos analizando las pruebas de imagen o no tenemos las imágenes adecuadas podemos no detectar bien una anomalía. Imaginemos que tenemos una lumbarización de S1 y una hernia discal L5-S1. Tenemos una hernia pero no está en el último nivel porque S1 y S2 no están fusionaras como deberían. En las pruebas de imagen miramos la última articulación con disco y asumimos que es la L5-S1. Si hiciéramos esto pensaríamos que es una hernia L4-L5.
Esto puede tener implicaciones al abrir para operar donde el cirujano podría confundirse de nivel. Lo normal es que se corrija ampliando la incisión pero podría llegarse a operar un nivel equivocado. Dicho esto es una posibilidad teórica. Hoy día los cirujanos analizan bien las resonancias además de contar con informes de radiólogos. Es complicado que ocurra, no quiero que nadie se alarme.
Carmen Polanco says
Hola. Hace ya algún tiempo me diagnosticaron sacralisacion lumbar izquierda.
Ahora estoy embarazada y me di un resbalón que caí de nalgas y ahora el dolor a incrementando de manera tal que tengo que pedir ayuda a mi esposo para cambiar de posición en la cama y el dolor es inmenso.
Dr. Serrano Sáenz de Tejada says
Hola Carmen, la sacralización lumbar que tienes a priori no es lo importante en tu caso. Lo normal es que tras el golpe tengas una fuerte lumbalgia. Dado que no es recomendable hacer pruebas radiológicas durante el embarazo, es muy importante la valoración explorando en la consulta para valorar el origen del dolor y las posibles complicaciones. También hay que comprobar que el embarazo sigue con normalidad. Lo normal es que sea una lumbalgia sin complicaciones pero aún así puede ser muy doloroso. Las primeras tres semanas lo pasarás un poco mal y lo habitual es que después mejores y se vaya pasando el dolor. En resumen, es importante una revisión con tu médico. Un saludo.