
Las fracturas vertebrales dorsales causadas por la osteoporosis (recomiendo leer el post del enlace para entenderlo mejor) pueden tratarse en ocasiones con cirugía. Dentro de las técnicas empleadas con frecuencia están la vertebroplastia y la cifoplastia. Básicamente consisten en inyectar cemento dentro de la fractura en el cuerpo vertebral para darle solidez. Esto se hace de forma percutánea, es decir, pinchando a través de la piel pero sin abrir, como se haría en una cirugía convencional.
¿En qué se diferencian la cifoplastia y la vertebroplastia?
La cifoplastia se realiza introduciendo un balón dentro de la fractura. Una vez dentro se infla para disminuir la presión y reducir el acuñamiento de la vértebra antes de meter dentro el cemento que fije la fractura. De esta forma se pretende evitar que se produzca una hipercifosis como consecuencia del colapso del cuerpo vertebral. La hipercifosis es una curva dorsal más pronunciada de lo normal, en este caso debido al aplastamiento de la parte anterior de la vértebra.
La vertebroplastia sería el mismo procedimiento pero sin el tratamiento previo con el balón, lo que la convierte en una técnica más sencilla. Esto se haría en casos donde la fractura no se ha colapsado y no requiere una reducción previa o en otras situaciones que desaconsejen la cifoplastia.
En la foto inicial del post podemos ver un cifoplastia realizada en una paciente. En la foto de debajo podemos ver la fractura original.
Si comparamos con la foto inicial del post podemos ver los efectos de la cifoplastia realizada. En la siguiente foto pongo al lado la fractura original y la reparación para facilitar la comparación. Si nos fijamos la vértebra ha recuperado gran parte de la altura perdida. Además se consiguió la desaparición del dolor como ahora comentaremos.
¿Qué beneficios tienen la cifoplastia y la vertebroplastia?
Hay que tener en cuenta que los beneficios que voy a comentar a continuación se refieren a lo que dice la teoría, algunos estudios y la experiencia de cirujanos que la aplican. Realmente no existen estudios que respalden completamente la utilidad de estas técnicas aunque se tiene una idea razonable de sus bondades y defectos.
La vertebroplastia y la cifoplastia son técnicas percutáneas, es decir, no hay que abrir al paciente. Se hace pinchando para que nos entendamos. El beneficio principal en el corto plazo es la mejoría inmediata del dolor con el procedimiento. Tratando las fracturas de forma conservadora el dolor dura unos tres meses. Si el dolor es muy intenso, con esta intervención realizada precozmente el paciente se ahorraría mucho dolor. En ocasiones se fractura el hueso y se va aplastando poco a poco. Al realizar la vertebroplastia a tiempo además evitaríamos que la vértebra siguiera aplastándose.
Al mantener la altura del cuerpo vertebral, evitaríamos dolores crónicos al impedir que se formara una deformidad en la columna (hipercifosis).
¿Qué pacientes con osteoporosis serían buenos candidatos a la vertebroplastia o cifoplastia?
El paciente ideal sería una persona que sufre una fractura vertebral típica de osteoporosis (fractura con acuñamiento del cuerpo vertebral) sin repercusión neurológica y que tuviera un dolor severo a pesar de los tratamiento aplicados. Lógicamente hay que demostrar que el dolor procede de dicha fractura. Esto en ocasiones puede no estar tan claro. El tratamiento tiene sentido si lo aplicamos en las primeras seis semanas de la fractura.
En pacientes con dolores leves o moderados no está justificado someterlos a una intervención de este tipo cuando se puede manejar bien de forma conservadora. Tampoco será una buena solución si se han superado los dos meses de evolución.
¿Qué problemas pueden producir la cifoplastia y la vertebroplastia?
Es un procedimiento bastante seguro aunque pueden producirse complicaciones.
– Por un lado, tenemos el problema puramente mecánico.
El cemento se puede salir del sitio donde queremos ponerlo y dañar las estructuras de alrededor como puede ser la médula o las raíces nerviosas. Es frecuente que se salga algo pero es muy raro que produzca consecuencias importantes.
El cemento tiene una consistencia que aumenta la posibilidad de que se produzcan fracturas en las vértebras que están por encima y por debajo. No es algo que esté bien demostrado pero sí se ve en la práctica diaria.
– Por otro lado, están los efectos del propio cemento. Aunque se utiliza un material con pocos efectos a nivel biológico, en algunas personas el cuerpo puede reaccionar ante este material extraño para el organismo. Se puede reabsorber el hueso de alrededor o morirse los tejidos provocando un empeoramiento de su situación.
– Otro tipo de complicaciones como puede ser una infección son muy raras dado que se trata de un procedimiento menos invasivo.
¿Se utiliza la cifoplastia y la vertebroplastia en otras enfermedades?
Las fracturas por osteoporosis van a ser el motivo principal que motiven el uso de estas técnicas, pero no siempre es así. Puede ser una técnica muy útil para dar solidez a una fractura vertebral y eliminar el dolor en pacientes con otras enfermedades. Enfermedades como pueda ser un cáncer que afecte a las vértebras por ejemplo, puede suponer un alivio para el paciente que sufre una fractura. Es habitualmente un procedimiento que no requiere ingreso hospitalario y sin los riesgos y la convalecencia que supone una cirugía abierta.
En un paciente joven con huesos sanos que sufre una fractura tras un accidente por ejemplo, no ser recomienda la cifoplastia y la vertebroplastia.