
Las articulaciones sacroiliacas forman parte del anillo pélvico, como contaba en el post anterior donde veíamos su anatomía (os dejo el enlace). Es una articulación con poco movimiento pero lo tiene y si hay inflamación o una inestabilidad puede doler. Se pueden producir dos tipos de dolores. Por un lado, el dolor mecánico debido a una lesión de desgaste o en los ligamentos de la articulación. Por otro lado, tenemos la inflamación que se produce en los procesos reumáticos (a los que nos referimos como sacroileitis). Hoy vamos a hablar del dolor mecánico producido por la disfunción de la articulación sacroiliaca. En el próximo post hablaremos de la sacroileitis.
¿Existe el dolor sacroiliaco o la disfunción de las articulaciones sacroiliacas?
La disfunción de las articulaciones sacroiliacas ha sido un tema controvertido. Antes se pensaba que todos los dolores venían de la columna lumbar porque era lo que se conocía. El problema viene porque es muy difícil demostrar el dolor sacroiliaco aunque hay aproximaciones.
¿Cómo sabemos que un dolor viene de la articulación sacroiliaca y no de otro sitio? Se han desarrollado tests específicos para la exploración de estas articulaciones. Si muchos de estos tests son positivos y los síntomas son sugerentes, tenemos un diagnóstico probable. Podemos confirmar el diagnóstico realizando una infiltración de la articulación sacroiliaca con anestesia para demostrar que el dolor viene de ahí.
A pesar de ello estos métodos no consiguen discriminar con total fiabilidad el origen del dolor. Por esto, hay médicos que son escépticos con el dolor que puede producir esta articulación. Esto hace que el dolor que proviene de la articulación sacroiliaca probablemente esté infradiagnosticado.
¿Cómo es el dolor sacroiliaco?
Las articulaciones sacroiliacas sufren unas fuerzas que intentan abrir la articulación, por así decirlo, debido a la posición que tiene. El dolor típico que ser origina en esta articulación da un dolor en la zona del glúteo. Si pedimos al paciente que se señale en la zona del dolor, coincide con el lugar donde se encuentra esta articulación.
Cuando hay dolor en esta articulación, el paciente intenta no apoyar sobre el lado dolorido. Es típico ver a la persona sentada en la silla apoyándose sobre el glúteo sano. Al levantarse de la silla lo hacen de lado. Otro dato típico es el dolor al darse la vuelta en la cama.
Todos estos datos no son exclusivos de la disfunción de las articulaciones sacroiliacas. Por otro lado, estas articulaciones también pueden producir dolor que simule otras lesiones como puede ser el dolor en la zona lumbar baja y la irradiación por delante a la zona inguinal. Cuando hay un bloqueo de la articulación y tiene menor movilidad de la normal el dolor se puede concentrar en la zona lumbar baja, por ejemplo.
¿Por qué duelen las articulaciones sacroiliacas?
Las sacroiliacas pueden dejar de funcionar bien por una causa degenerativa, es decir, por desgaste. Esto puede venir por una sobrecarga tras una artrodesis lumbar, por ejemplo. En una artrodesis lumbar, al fijar algunas articulaciones lumbares se pone más presión en las articulaciones que la rodean. Las articulaciones sacroiliacas son un eslabón más. De hecho, está demostrado que el 75% de las personas que se operan mediante una fusión lumbar muestra signos degenerativos en las radiografías.
Los traumatismos pueden dañar la articulación, por ejemplo, en una caída. Si hay movimientos anormales por inestabilidad o alteraciones en el alineamiento de la articulación podemos tener dolor.
El embarazo puede ser una causa de dolor sacroiliaco futuro. En el post de la anatomía de las articulaciones sacroiliacas hablábamos de que el movimiento se limitaba a unos pocos grados. Se mueven unos 2º a 4º. En el embarazo, los cambios hormonales producen un cambio en los ligamentos que se hacen más laxos permitiendo algunos grados más de movilidad. Esto ocurre para facilitar el paso del bebé por el canal del parto. Al volver todo a su sitio tras el parto pueden quedar alteraciones en estas articulaciones.
¿Cómo diagnosticamos una disfunción de la articulación sacroiliaca?
Lo primero es escuchando al paciente contar su historia médica personal y los síntomas que tiene. Si tiene síntomas compatibles y descartamos otros orígenes del dolor que padece, tenemos un posible diagnóstico. Existen muchas maniobras para explorar las sacroiliacas. Realizar un solo test puede ser insuficiente para sacarnos de dudas, hay que hacer varios. Se puede confirmar la sospecha infiltrando la articulación como comentábamos antes. También tenemos las pruebas de imagen, aunque son mucho más explicativas en el caso de la sacroileitis que hablaremos en el próximo post.
En un próximo post analizaremos el dolor en la zona de los glúteos y cómo podemos saber de donde viene el dolor.
¿Cuál es el tratamiento de la disfunción de las articulaciones sacroiliacas?
De forma general, se aplican las medidas de higiene postural y hábitos de vida que comentamos acerca de la columna lumbar. En un dolor agudo hay que evitar los gestos que despiertan dolor. Para ello hay que evitar actividades de impacto como correr y saltar. Se puede realizar un tratamiento de fisioterapia o incluso de manipulación de la articulación. El entrenamiento muscular sin impacto favorece la estabilidad de la articulación y se debe añadir cuando pasa el dolor más agudo. En casos donde no funciona el tratamiento conservador se puede infiltrar la articulación, hacer una rizotomía con radiofrecuencia o incluso fusionar la articulación mediante cirugía.