
La espina bífida oculta es una alteración congénita por defectos en el desarrollo del tubo neural. Si es la primera vez que escuchas estos nombres te recomiendo que leas el post sobre embriología del tubo neural, donde lo explico de forma sencilla, y entenderemos mejor el post de hoy. En el desarrollo de la columna, durante nuestra vida dentro del útero de nuestra madre, puede producirse un defecto en el cierre o fusión final de los cuerpos vertebrales.
En el caso de la espina bífida oculta hay un defecto en la fusión de los arcos posteriores de las vértebras pero sin que haya tejido neurológico expuesto. La piel cubre el defecto y simplemente falta hueso en la parte posterior de las vértebras.
Tengo una espina bífida oculta, ¿es grave?
La mayoría de las personas diagnosticadas de una espina bífida oculta lo son por casualidad. Lo más frecuente es ver el defecto en una radiografía que hemos realizado por dolor lumbar u otro motivo. En estos casos vemos el defecto del hueso sin otros problemas y no se acompañan de ningún síntoma significativo. Esta es la situación habitual cuando se realiza el diagnóstico en la edad adulta.
Es posible que este defecto del desarrollo sí de algunos problemas. Los problemas más significativos los vemos en los pacientes con una “verdadera” espina bífida que, como veremos en otros posts, conlleva deformidades que afectan al tejido nervioso. En la espina bífida oculta es más raro que haya problemas neurológicos y se deben más a alteraciones asociadas que al propio defecto de cierre en la columna.
En los niños hay algunos signos que pueden hacernos sospecharlo de forma indirecta como son, por ejemplo, las alteraciones en la piel en la zona lumbar. Se pueden encontrar zonas de exceso o falta de pigmentación, hiperqueratosis (tejido como si fuera una cicatriz), hoyuelos o bultos entre otros. Si vemos estos problemas es una buena idea consultar con el pediatra la posibilidad de que se trate de una espina bífida oculta.
Aunque raro como hemos comentado, también puede producirse daño neurológico, es decir, afectación de las estructuras nerviosas que bajan por la médula. Esto tiene consecuencias que pueden tardar en verse debido al desarrollo del niño:
– Lo más habitual es la afectación en la capacidad de orinar normalmente, como es la incontinencia urinaria o la retención de orina. En ocasiones lo sospechamos en niños que tienen muchas infecciones de orina.
– Otro síntoma típico de la afectación neurológica es el estreñimiento que no mejora con medidas convencionales.
– También se pueden afectar los nervios que van a las piernas y notar debilidad.
– Se pueden producir deformidades en los pies, en la columna (escoliosis e hipercifosis) y dismetría (diferente longitud de las piernas).
– La sensibilidad puede verse afectada en las piernas y en la zona genital y perianal. En ocasiones se sospecha por heridas o daños anormales que vemos en la piel sin que el niño muestre dolor o se queje.
Hay que recalcar que tener algunos de estos síntomas no da el diagnóstico, pero es muy recomendable visitar a nuestro pediatra. Por ejemplo, si vemos hoyuelos en la zona lumbar en la mayoría de los casos no tendrá espina bífida oculta. Digo esto para que nadie se alarme o se preocupe en exceso y simplemente lo consulte con su pediatra.
¿Es importante detectar la espina bífida oculta?
Afortunadamente en muchos casos no tendrá consecuencias y lo detectaremos en nuestra vida de adultos, como hemos comentado. En los niños sí es importante detectarlo porque puede comenzar siendo asintomático y que los síntomas vayan progresando poco a poco. Como comentamos antes, los problemas vienen sobre todo por lesiones asociadas que pueden aparecer; como por ejemplo, los lipomas. Estos problemas asociados podrían provocar una compresión sobre los nervios y que vaya progresivamente a más. Si lo detectamos a tiempo podemos corregirlo con cirugía y evitar futuros problemas.
El hecho de que la lesión puede ser progresiva e ir cada vez a peor hace que sea muy importante su detección lo más pronto posible. La manera de detectarlo es sospecharlo si un niño está teniendo alguno de los síntomas que describo arriba. A veces es complicado porque el niño todavía no ha aprendido a caminar o a controlar los esfínteres.
¿Qué pruebas pueden ayudar al diagnóstico de la espina bífida oculta?
La prueba más importante es la resonancia magnética (RMN) que se debe hacer de la columna completa. Algunas veces hay malformaciones en varios sitios de la columna por lo que se recomienda el estudio completo. Con una radiografía podemos ver el defecto de hueso o, mejor aún, con un TAC o scanner.
Hay otras pruebas como la ecografía o el estudio urodinámico que pueden dar signos directos o indirectos de disfunción del aparato urinario sugiriendo el daño neurológico.
rocio says
Hola mi niña tiene 11 años desde pequeña muy estreñida y hace dos años padece infecciones urinarias tiene exceso de vellocidad en la parte final de la columna. Su pediatra sospecho solicito resonancia magnética resultado tiene espina bífida oculta y escoliosis… Ahora tiene cita para afines de febrero en EsSalud la vera el neurocirujano estoy preocupada x ella pues esta un poco con retraso en su desarrollo y no se cual será su tratamiento…
Dr. Serrano Sáenz de Tejada says
Hola Rocio, por lo que cuentas parece que los síntomas urinarios y el estreñimiento pueden deberse a la espina bífida, donde también son típicas alteraciones en la piel como la que comentas. Lo importante es haber detectado el problema. El neurocirujano podrá analizar bien el caso y proponer la mejor solución que es muy posible que sea una cirugía aunque no siempre es así. Hay que analizar la evolución de los síntomas y la resonancia detalladamente. Es importante tener una resonancia de toda la columna. Si no la tiene sería importante hacérsela de cara a la cita con el neurocirujano para evitar retrasar un tratamiento si fuera necesario. Un saludo.