
La resonancia magnética (RMN) es una técnica de imagen muy utilizada para valorar las lesiones de espalda. El paciente en general tiene mucha confianza en esta prueba porque “se ve lo que hay” pero, ¿lo que se ve nos dice lo que padecemos?
En SportsMedicineNI han elaborado una infografía que resume el resultado de dos publicaciones médicas que revelan datos muy interesantes. Los estudios analizan los resultados de resonancias magnéticas de columna lumbar realizadas a personas sanas sin dolor de espalda.

En la infografía podemos ver las lesiones que aparecían en función de la edad. De arriba a abajo se describen las diferentes lesiones valoradas en la RMN:
- Degeneración discal (en amarillo).
- Pérdida de altura del disco (verde).
- Abombamiento discal (morado).
- Protrusión discal (azul turquesa).
- Fisura anular, que es en definitiva una rotura del disco (azul).
- Espondilolistesis (azul oscuro).
De izquierda a derecha vemos la frecuencia en la que se encuentran estas lesiones en función de la edad.
Al mirar esta infografía, a primera vista llama la atención como la espalda va envejeciendo y desgastándose con los años. Si nos fijamos más en detalle podemos ver datos como que la mayoría de las personas de 40 años tienen degeneración en los discos. Un tercio tendrán protrusiones discales a esta edad y el 22% tendrá el disco roto con fisuras en su estructura. Todos estos datos pueden no decirte mucho hasta que te fijas que son de un estudio de personas sanas!! Son personas sin dolor ni ningún problema en la espalda a las que les han hecho una resonancia magnética a ver qué se veía.
Sorprende que personas con todas estas lesiones en las resonancia estén sin dolor ¿verdad? Esto es porque estamos acostumbrados a ir al médico con dolor, nos hacen una resonancia y nos dicen “tienes dos discos dañados”. Nos nos paramos a pensar que muchas de esas lesiones ya las teníamos cuando no sufríamos ningún dolor. El dolor de espalda es más complejo que esto. Las imágenes nos ayudan mucho pero no nos dicen todo. En un post anterior cuestionaba la necesidad de realizar una resonancia. Cuando entendemos lo que nos aportan las pruebas de imagen necesitaremos usarlas en pocas ocasiones.
En la medicina lo más importante es analizar el problema en conjunto, historiando cómo se produce el dolor y las circunstancias internas y externas relacionadas con ello. En otras palabras, hablando con el paciente podemos tener una idea de lo que ocurre y sospechar una serie de patologías. Después realizamos una exploración que nos despeja la mayoría de las dudas y orienta el problema. En las dolencias de espalda pocas veces es realmente necesaria una resonancia si se hacen las cosas bien. Cuando se realiza nos encontramos con todas las lesiones que vemos en la infografía y, en ocasiones, nos puede generar dudas más que aclarar causas.
Esta infografía me parece muy interesante mostrarla para desmitificar las lesiones de espalda. Mucho del sufrimiento de la persona con dolor de espalda pasa por pensar que tiene una lesión crónica y que nunca va a volver a ser el mismo. En la mayoría de los casos es una idea equivocada que provocará depresiones o tristeza con aumento del dolor y la evitación de actividades. Y esta será la verdadera causa de que no se recupere. El cuerpo tiene mucha capacidad de sanar siempre que pongamos nuestro cerebro a trabajar en esa dirección. No nos debemos dejar impresionar por ninguna de estas lesiones en una resonancia.