
En una dolencia de espalda puede ocurrir que tengamos hormigueos que bajan por la pierna o el brazo típicamente por la tarde. No necesariamente tiene que haber ciática ni ninguna complicación. ¿Por qué tengo hormigueos por la tarde? ¿Tengo que preocuparme?
Los cambios que sufre la columna durante el día
El descanso nocturno hidrata los discos intervertebrales hasta el punto que somos hasta 2cm más altos por la mañana. El disco está más “hinchado” por la zona central donde está el núcleo pulposo. Lo que rodea al núcleo son anillos fibrosos. Esto hace que las vértebras estén más separadas entre sí y que la carga pase más por el centro del disco, donde se concentra el líquido que hemos acumulado por la noche. Al aumentar el espacio entre las vértebras aumenta el tamaño de los agujeros de conjunción que son esos agujeros por los que salen las raíces nerviosas de la columna. En la imagen de la izquierda vemos cómo sería el disco por la mañana. Si nos fijamos, el agujero de conjunción es amplio y vemos la salida de la raíz nerviosa sin problemas de espacio.
A lo largo del día, el disco se va deshidratando por los esfuerzos y el efecto de la gravedad sobre nuestro cuerpo. En la imagen de la derecha vemos como el disco está más aplastado y el agujero de conjunción se hace más pequeño.

Se produce un tercer fenómeno: el disco protruye más por la tarde. ¿A qué se debe esto? El autor M.A. Adams estudió el comportamiento de los discos y descubrió cómo cambiaban con las cargas y el paso del día. Al disminuir el líquido dentro del núcleo pulposo, aumenta la carga que sufre la parte periférica del disco (el anillo fibroso). Cuando el disco está hinchado de líquido, todo el peso del cuerpo y las cargas pasan por esa zona central. Según transcurre el día y disminuye el líquido, el anillo fibroso soportará más carga y tenderá a deformarse protruyendo como vemos en la imagen de la derecha.
Me aparecen hormigueos en la pierna por la tarde
De los cambios que hemos visto podemos concluir que, según transcurre el día, disminuye el espacio que tiene la raíz nerviosa para salir de la columna. El agujero de conjunción es más pequeño y el disco se abomba disminuyendo aún más el espacio. En una persona sin problemas de espalda esto es un fenómeno normal en el cuerpo sin trascendencia. El problema es cuando tenemos alguna lesión o patología que ya de por sí nos esté disminuyendo este espacio. Lo más habitual es una hernia o una protrusión discal.
Al tener una hernia discal, en ocasiones la raíz nerviosa tiene un problema de espacio. Es posible que durante las primeras horas de la mañana, al estar el agujero de conjunción más abierto, no notemos nada. Al pasar las horas y deshidratarse el disco, puede ocurrir que el nervio ya no tenga espacio suficiente debido a la suma de la hernia más la perdida de altura del disco. La raíz nerviosa se puede ver un poco aprisionada y en este momento comenzaremos a notar hormigueos por la pierna o el brazo.
El cansancio muscular es otro factor importante que influye en la aparición de estos hormigueos. A lo largo del día los músculos que estabilizan nuestras vértebras se van fatigando. Por la tarde estos músculos están mas cansados y no van a dar la misma estabilidad. Hay que tener en cuenta que la columna es una estructura dinámica. Lo que hemos contado antes son conceptos válidos pero desde un punto de vista estático. Las actividades que hacemos durante el día y el estado de la musculatura son factores que pueden hacer la diferencia entre que aparezcan hormigueos o no.
¿Debo preocuparme por estos hormigueos?
La aparición de hormigueos nos debe llevar a una consulta médica aunque la mayoría de las veces no serán importantes. La importancia de los hormigueos está sobre todo en la causa que los está produciendo, en el motivo de la irritación del nervio. Lo más habitual son las lesiones del disco pero no siempre es así y hay múltiples enfermedades que pueden simular los mismos síntomas.
En cuanto a las lesiones discales depende de la presencia de ciática. En el post del enlace explico cómo puedes saber si tienes ciática. Si no hay ciática, los hormigueos son molestos e inquietantes pero tienen poca importancia en cuanto al daño que estamos sufriendo. Sí nos debe servir de aviso. Es posible que estemos haciendo demasiados esfuerzos, estrés, durmiendo poco o que estemos fuera de forma y tengamos que mejorar nuestros músculos. Si no hay ciática, el dolor será más fácil de controlar (si es que está presente) y la lesión del disco podrá mejorar mas fácilmente haciendo algunos cambios en nuestros hábitos.