
En un post anterior hablábamos de las molestias que podemos notar en la pierna tras una cirugía de espalda. En el post de hoy quiero hablar de los casos donde la cirugía quita el dolor de la pierna y este vuelve pasadas unas semanas. ¿Qué ha ocurrido? ¿Por qué puede volver el dolor si se nos había curado?
La cirugía y el dolor por la pierna
El disco que está fuera de su sitio (hernia discal) provoca un pinzamiento de la raíz nerviosa que sale de la columna. La presión que sufre este nervio provoca el dolor irradiado por la pierna. Las raíces inferiores de la zona lumbar pasan a formar el nervio ciático y por eso el dolor seguirá su trayectoria.
El objetivo principal de la cirugía en una hernia discal es retirar la parte del disco que está dañando a la raíz nerviosa. Si la cirugía tiene éxito, el paciente nota un alivio del dolor tipo calambre que le bajaba por la pierna. A pesar de este éxito pueden quedar ciertas molestias en la pierna debido al daño que ha sufrido la raíz como explicábamos en el post que comentaba antes.
Este alivio es habitual que se mantenga las primeras semanas es las que estamos descansando e iniciando nuestra recuperación de la cirugía. De repente, según vamos aumentando nuestra actividad, un día aparece nuevamente el dolor por la pierna. ¿Qué ha podido pasar? Vamos a ver las diferentes posibilidades.
La sobrecarga muscular y el dolor por la pierna
Durante muchas semanas tras la cirugía ocurren dos fenómenos. Por un lado, la zona operada está en proceso de cicatrización y todo esto está más frágil. Por otro lado, la musculatura que estabiliza la zona lumbar se ha visto dañada con la cirugía y ha perdido gran parte de sus capacidades. Esto es cierto tanto en las técnicas que dañan directamente la musculatura como en las que no la tocan. Dicho esto, lógicamente la musculatura pierde más fuerza y resistencia cuando se cortan estos músculos para llevar a cabo la intervención.
Durante varios meses los músculos lumbares tienen poca fuerza y es fácil hacerse daño casi sin darnos cuenta. Si nos ponemos a caminar, por ejemplo, estos músculos mermados nos sujetarán la columna lumbar durante apenas unos minutos. Después no serán capaces de sujetarnos porque estarán agotados. Si seguimos caminando, estamos provocando una inestabilidad lumbar y forzamos las articulaciones entre las vértebras. Si sumamos esto a que la zona operada está más frágil, es fácil que el nervio se pueda ver comprimido y se reproduzcan nuevamente los síntomas.
Si realizamos gestos con los músculos agotados se producen movimientos anormales entre las vértebras por la falta de sujeción. Esto puede llegar a provocar un pinzamiento puntual de la raíz que despierte inflamación e incluso hasta que la hernia vuelva a salir. Afortunadamente la mayoría de las veces no habrá una recaída de la hernia y simplemente notaremos el dolor porque se habrá irritado la raíz nerviosa. En estos casos, la maniobra para ver la ciática será negativa.
Es este caso, si corregimos los errores la mayoría de las veces mejorará el dolor en unos días. En algunas ocasiones puede requerir medicación, como los corticoides, para calmar nuevamente a la raíz nerviosa.
La gestión de los esfuerzos
La conclusión más importante que hay que sacar de este post es que hay que tener cuidado con los esfuerzos y las sobrecargas. La recuperación tras una cirugía lumbar es muy lenta. Lleva muchos meses estar bien. El peligro de que la cirugía sea muy exitosa es que nos encontraremos bien pero realmente no lo estamos. Por muy bien que nos encontremos durante las primeras semanas la musculatura lumbar estará muy precaria y los tejidos no estarán cicatrizados.
Para evitar dañar la raíz y el disco hay que hacer pequeños esfuerzos y hacer muchos descansos. Para entenderlo suelo poner el ejemplo de caminar. Las primeras 3-6 semanas no debemos caminar más de 5-10 minutos seguidos. Tras este tiempo hay que sentarse a descansar. Si vamos mejorando podemos ir haciendo más series pero sin superar esos diez minutos. Con frecuencia veo como un recién operado está caminando 30 minutos a las dos semanas de operado. Es demasiado. También es importante controlar la acumulación de esfuerzos. Aunque hagamos bien los descansos puede ser peligroso acumular muchos esfuerzos seguidos.
También hay que tener en cuenta que hay posturas que aumentan la presión sobre el disco. En la web podéis encontrar muchos posts en los que hablo de la higiene postural. En estos posts explico los gestos que debemos evitar para que el disco no sufra.
La recidiva de la hernia discal
En ocasiones, lamentablemente se produce una recaída y vuelve la hernia discal. Esto es uno de los motivos posibles de volver a notar el dolor y el calambre por la pierna. En estos casos la maniobra de Laségue es positiva y la situación es parecida a la que teníamos antes de operarnos. Si es así, es habitual que nuestro médico o cirujano nos solicite una nueva resonancia para confirmarlo.
Que haya una recaída no significa necesariamente que haya que volver a operar. Cuidándonos al máximo podemos conseguir que el cuerpo cure la hernia y recuperemos la situación tras la cirugía. En unas pocas ocasiones la situación puede complicarse o no mejorar y requerir una nueva intervención.