
Una hernia discal puede producir daños en las raíces nerviosas y provocar que algunos músculos dejen de funcionar correctamente en brazos o piernas. Cuando esto ocurre, la persona que lo sufre lógicamente quiere saber qué puede hacer para mejorar. En un post anterior explicaba el proceso de recuperación del nervio y los plazos que requiere. Hoy quiero enfocar el post en qué tiene que hacer el que lo sufre.
Solucionar la causa
En las dolencias de cuello y espalda el riesgo de daño neurológico está en la salida de las raices nerviosas. Las raíces nerviosas salen de la columna para juntarse y formar nervios más grandes. Lo que comento en este post es válido tanto para las lesiones de estas raíces como para lesiones de los nervios más grandes una vez fuera de la columna.
Lo más importante para el futuro del nervio es actuar sobre la causa que lo está dañando. Si tenemos una hernia discal que está dañando el nervio, sólo frenaremos el daño si la hernia deja de presionar el nervio. En ocasiones esto habrá que hacerlo con cirugía si hay una afectación de la parte motora.
Esto es fundamental porque mucha parte del daño que sufra la raíz nerviosa será irreversible hagamos lo que hagamos. El factor principal que marca el grado de recuperación que podemos conseguir es la cantidad de nervio que ha sido destruido. Por eso es tan importante limitar este daño. Una vez lesionado el nervio, en ocasiones no sabremos cuanto daño hay hasta que no pasan semanas e incluso meses.
¿Hay medicamentos que curen el nervio?
No hay ningún medicamento que cure o regenere un nervio. Lo que sí hay son preparados para ayudar en la recuperación del nervio, aportando las sustancias que necesita el cuerpo para mantener la salud de estos. Estos medicamentos suelen llevar vitaminas del grupo B, antioxidantes y nucleótidos en grados variables.
La realidad es que la mayoría de las personas tienen estas sustancias en su organismo de forma natural en cantidad suficiente. Esto significa que lo más probable es que no necesitemos suplementar. Dicho esto, son medicamentos que no tienen efectos secundarios significativos para la mayoría (nuestro médico nos dirá en nuestro caso particular). Por este motivo no es una mala idea añadir estos tratamientos para ayudarnos y quedarnos tranquilos de que estamos haciendo todo por mejorar.
¿Hay algún tratamiento que recupere un nervio dañado?
La realidad a día de hoy es que no. Como comentaba al principio, lo que marcará el futuro de la recuperación será la cantidad de daño que tenga el nervio porque no tenemos una cura. La persona que sufre una lesión de este tipo se mete en internet y encuentra tratamientos diversos como puedan ser las células madre. ¿Que hay de cierto en estos tratamientos?
Hay muchos estudios que se están realizando en el mundo para tratar las lesiones neurológicas con células madre y medicamentos. Esto hace que se hable de ello y, ante la demanda, surjan clínicas que ofrezcan estos tratamientos. Eso no significa que sean efectivos. Hoy por hoy no hay un tratamiento con células madre que haya demostrado que mejore el pronóstico en una lesión de las raíces nerviosas.
Hay que añadir que estos tratamientos no son inocuos sobre todo si se realiza en un sitio sin garantías. Como recomendación general, yo huiría de tratamientos que no se estén realizando en hospitales con prestigio y sometidos al rigor científico.
¿Qué podemos hacer mientras el nervio se recupera?
En otros posts hablamos del largo tiempo que requieren los nervios para recuperarse. Además de los medicamentos, el paciente quiere saber qué puede hacer para favorecer la recuperación:
– Lo más importante es no hacernos más daño en este nervio. En el caso de una hernia operada por ejemplo, habría que cuidar los esfuerzos y hacer una recuperación de la cirugía lo más adecuada posible. El objetivo es evitar recaídas y mayor sufrimiento de la raíz dañada.
– También hay que evitar dañarnos las estructuras que se han visto alteradas por la lesión del nervio. Si tenemos un pie caído, por ejemplo, tenemos riesgos por el hecho de no mover bien el pie. Por un lado, podemos tropezarnos y torcernos el tobillo por ejemplo. Esto puede acabar en una fractura y empeorar el pronóstico. Hay ortesis (como comento en el post del enlace) para prevenirlo además del cuidado que debemos tener. Por otro lado, al no poder mover el pie activamente podemos acabar con limitaciones de movilidad crónicas. Una articulación que no se mueve acaba por quedarse rígida. Por este motivo es muy importante movilizar la articulación afectada diariamente en todo su recorrido hasta que el nervio se recupera. Si no lo hacemos, cuando se recuperen los músculos, no servirán de nada porque el tobillo estará rígido y no se podrá mover.
– Los músculos afectados también pueden sufrir. Es importante entender cómo se comportan los músculos que están paralizados por la lesión del nervio. Si no lo comprendemos tenemos riesgo de forzarlos y hacernos daño. Recomiendo leer el post del enlace en el que explico esto en profundidad.