
Hemos hablado en anteriores posts de vías posteriores y laterales. Hoy toca hablar de la más antigua de todas las técnicas, la vía anterior. Se llama ALIF por las siglas inglesas de “anterior lumbar interbody fusion”. Traducido se llama artrodesis intersomática lumbar anterior. Es un tipo de artrodesis para la fusión de dos vértebras por eso se llama así. Intersomática se refiere a que vamos a actuar sobre el cuerpo vertebral y lumbar anterior habla de la vía de abordaje de la cirugía.
¿Cómo se realiza la técnica ALIF?
Esta cirugía se realiza a través del abdomen al contrarío que en las técnicas por vía posterior. El objetivo es el mismo que las técnicas PLIF, TLIF y XLIF, que es acceder al disco para poner un injerto y conseguir la fusión del segmento vertebral. Se realiza una incisión en el lateral izquierdo del abdomen. Se separa la musculatura y todo el contenido abdominal a un lado para acceder a la parte anterior de la columna lumbar. El peritoneo es la envoltura en la que se encuentran las vísceras abdominales. Al acceder por detrás del peritoneo, apartándolo a un lado, no se entra realmente a través del contenido abdominal, más bien se rodea. Una vez que se llega a la parte anterior de la zona lumbar tenemos los grandes vasos sanguíneos que son la aorta y la vena cava. Este es el gran problema de esta técnica.
Los grandes vasos son estructuras delicadas que si se ven dañadas causan un gran sangrado que pueden llegar a poner en peligro la vida del paciente. Estos vasos hay que desplazarlos a un lado para actuar sobre la columna (como podemos ver en la foto inicial del post). En ocasiones el traumatólogo o neurocirujano se apoyan en un cirujano vascular para actuar con mayor seguridad y poder responder rápido ante una complicación.
Una vez se accede al disco se vacía el contenido y se pone una caja como en las anteriores técnicas. Igualmente se añade injerto de hueso para ayudar a conseguir la fusión. En tiempos más antiguos se ponía sólo injerto de hueso pero había mucha menor tasa de fusiones conseguidas. Con las actuales técnicas está por encima del 90%.
Después nos quedaría sujetarlo todo para que aguante mientras esperamos a que el hueso pegue. El injerto se puede sujetar con tornillos en el cuerpo vertebral pero la inmovilización no es como la que conseguimos con tornillos y barras por la vía posterior. Dependiendo de cada caso puede ser necesario asociar una vía posterior para añadir estabilidad. Si no se asocia una sujeción existe el riego de que los cuerpos vertebrales se fracturen y la estructura se colapse metiéndose la caja dentro de la vértebra.
Ventajas de la vía anterior
– Con la técnica ALIF se puede restaurar mejor la altura del disco y conservar la lordosis lumbar mejor que las técnicas TLIF y XLIF.
– Al entrar por vía anterior, la musculatura posterior se mantiene intacta. Hemos hablado en anteriores posts de la importancia de la musculatura vertebral en la estabilidad lumbar. No dañarla hace que el dolor postoperatorio y la estancia hospitalaria sean menores además de mejorar la funcionalidad en el futuro.
– Si no hay complicaciones vasculares durante la cirugía, es la técnica de abordaje para artrodesis que menos pérdida de sangre produce.
Inconvenientes de la técnica ALIF
– La vía anterior requiere un abordaje retroperitoneal y está asociado con un mayor riesgo vascular y ureteral (los ureteres son la vía de drenaje que lleva la orina del riñón a la vejiga). Pocos cirujanos se encuentran cómodos operando cerca de los grandes vasos. La rotura de la aorta o la vena cava es una situación grave que termina la cirugía. A partir de ese momento lo único importante es reparar dicho daño. Si se produce una complicación se necesita de un cirujano vascular para solucionarlo. Por eso muchos cirujanos directamente operan con el cirujano vascular a su lado que además le ayuda a apartar las estructuras vasculares para acceder al disco.
– De todas las técnicas, la ALIF tiene el mayor índice de migración de la caja entre sus complicaciones.