
El término MISS viene del ingles “Minimally Invasive Spine Surgery” que no es otra cosa que cirugía de columna mínimamente invasiva. En el post de hoy quiero explicar a qué se refieren los cirujanos con este término y qué nos aportan estas técnicas.
La tendencia en todo tipo de cirugías es a ser cada vez menos agresivos. De forma general, cuanto menos daño hacemos a los tejidos mejor va a ser la recuperación y la vida posterior de esa persona. Esto es aplicable no sólo a la columna sino también a otras cirugías como puede ser las abdominales donde nos operan de una vesícula por ejemplo. Es verdad que no siempre es posible hacer una cirugía mínimamente invasiva pero sin duda cada vez se solucionan más problemas de esta forma.
En qué consiste la cirugía de columna mínimamente invasiva (MISS)
En una cirugía abierta tradicional se realiza una incisión larga en la piel que permite al cirujano visualizar la zona que tiene que operar. Para acceder a los tejidos más profundos se tienen que ir apartando capas. Al hacer la cirugía con visualización directa el cirujano tiene el control total pero será más agresiva porque requiere de mucha manipulación de los tejidos hasta llegar al objetivo.
La idea de la cirugía de columna mínimamente invasiva (MISS) es evitar hacer todo este daño en los tejidos que no son estrictamente los que queremos operar. Dentro de las letras MISS hay muchas técnicas diferentes.
Por un lado están las cirugías abiertas con incisiones más pequeñas. Por otro lado tenemos el uso de estructuras tubulares que acceden justo a la zona que se quiere intervenir. En el post sobre la técnica de artrodesis XLIF podéis leer un ejemplo de esto. Se comienza introduciendo guías que nos sitúan en el objetivo. Esto se consigue gracias a que se van haciendo rayos X para controlar la posición del material. Una vez colocado donde queremos, se van introduciendo guías más gruesas hasta que tenemos un tubo por el que podemos operar. A esto se le llaman técnicas percutáneas. También están las técnicas con endoscopia donde accedemos con una cámara para quitar una hernia por ejemplo.
Podríamos resumir las diferentes cirugías MISS en las siguientes:
– Técnica tubular para poner tornillos pediculares y barras e inmovilizar un segmento vertebral (eliminar la movilidad entre dos vértebras).
– Se puede quitar una hernia discal y ampliar el espacio del nervio para curar una ciática como explicamos en el post sobre la cirugía endoscópica.
– Poner un dispositivo entre los cuerpos vertebrales con técnica percutánea para realizar una artrodesis como comentábamos antes con la técnica XLIF.
– También se puede hacer una artrodesis con la técnica TLIF pero de forma percutánea (con el sistema tubular que comentábamos).
– Entre las técnicas MISS también habría que incluir técnicas abiertas donde se minimizan las incisiones.
En el caso de la columna, ¿qué ventajas ofrece ser menos invasivo?
Al principio decíamos que cuanto menos agresividad en la cirugía mejor. De esta manera habrá un menor sangrado durante la cirugía y menos tejidos que cicatrizar. Todo esto acorta la estancia en el hospital y nos encontraremos mejor antes. Esto es importante pero hay otra ventaja que, en el largo plazo, es la fundamental en mi opinión.
La cirugía abierta más tradicional produce mucho daño en la musculatura posterior y en los nervios encargados de mover estos músculos. Esto provoca dolores crónicos porque la musculatura dañada se ve incapaz de estabilizar correctamente la columna. La musculatura posterior es fundamental para la estabilización de las vértebras durante los movimientos de la columna. Si no está fuerte y sana, tendremos problemas. Tras una cirugía que agrede esta musculatura, ya nunca serán los mismos.
La cirugía de columna mínimamente invasiva (MISS) evita o minimiza el daño sobre la musculatura extensora. Esta es la principal ventaja de estas técnicas para el futuro de la persona operada.