
En dos posts recientes hemos hablado del plexo lumbosacro y de cómo las lesiones lumbares altas producen cruralgia y no ciática. En este último post destacábamos las dificultades en realizar un correcto diagnóstico de esta lesión. Para valorar la ciática utilizábamos la maniobra de Lasègue. En el caso de la cruralgia se utiliza un test con ciertas similitudes al que llamamos maniobra de Lasègue invertido. Otra opción que se puede utilizar es el llamado test de Nachlas.
¿Cómo se realiza la maniobra de Lasègue invertido?
El paciente se tumba sobre el lado sano. La pierna que apoya en la camilla está ligeramente flexionada a nivel de cadera y rodilla. La espalda debe estar lo mas recta posible y el cuello ligeramente flexionado.
El primer gesto del examinador es extender la articulación de la cadera permaneciendo la rodilla estirada como podemos ver en la primera de las dos imágenes. A continuación se realiza una flexión de la rodilla. El test se considera positivo cuando se produce una irradiación de dolor de tipo neurológico por la cara anterior del muslo.
Interpretación de la maniobra de Lasègue invertido
En la medicina pocas pruebas son definitivas en el diagnóstico de una situación médica, por no decir ninguna. Una prueba médica (por ej. la resonancia magnética) o una maniobra exploratoria realizada fuera de contexto sirve para poco. La interpretación del resultado de la maniobra de Lasègue invertido no es sencilla. Para que esta maniobra resulte útil y ayude al diagnóstico tiene que realizarse en un contexto de sospecha de cruralgia.
Es algo más compleja que la maniobra que utilizábamos para evaluar la ciática porque se movilizan más estructuras. Se movilizan más articulaciones (cadera y rodilla) y se realiza el estiramiento de más variedad de músculos. Esto hace que haya que tener en cuenta lesiones o limitaciones en estas estructuras que puedan alterar el resultado de la prueba. Esto puede requerir exploraciones complementarias para aclarar estas situaciones.
Un test positivo nos aproxima al diagnóstico cuando todo encaja. Por un lado tenemos que tener un contexto que sugiere una cruralgia debido a una lesión lumbar alta. Por otro lado, una maniobra positiva con una dolor eléctrico que recorre la cara anterior del muslo o que reproduce el dolor neuropático del paciente. Todo esto significará que hay un atrapamiento de alguna o algunas de las raíces altas (L2 a L4) o del propio nervio femoral.
Test de Nachlas
El test de Nachlas también pretende evaluar la situación de las raíces altas y el nervio femoral. En este caso el paciente se tumba boca abajo (decúbito prono) y el explorador flexiona la rodilla pasivamente evitando rotaciones de la cadera.
La interpretación tiene consideraciones similares al Lasègue invertido y se puede ver alterado por lesiones en cadera, rodilla o recto anterior entre otros. Puede haber una artrosis de rodilla por ejemplo que limite la flexión. En este caso se puede extender la cadera llevando el muslo hacia arriba como hacíamos con el Lasègue invertido. Un acortamiento del recto anterior puede provocar que el paciente mueva la pelvis al flexionar la rodilla. Esto lo veíamos en el post donde hablábamos de la evaluación del psoas, donde utilizábamos una maniobra similar para valorar el recto anterior.
En resumen, la maniobra de Lasègue invertido y el test de Nachlas nos sirven para poner en tensión las raíces altas lumbares y el nervio femoral. La interpretación tiene cierta complejidad y además hay menos experiencia que en el caso de la ciática. Un especialista valora diariamente una ciática, sin embargo, la cruralgia es mucho más infrecuente y no muchos tienen amplia experiencia en su valoración.