
El cuello nos da la movilidad para situar la cabeza hacia donde queremos. Podemos mirar hacia arriba, hacia abajo, girar a ambos lados e inclinar la cabeza, además de combinaciones entre ellas. Estos movimientos los realizamos con las articulaciones que tienen las siete vértebras que forman la columna cervical. La capacidad de movimiento entre vértebras la podemos perder. Vamos a ver qué podemos hacer para evitar que esto ocurra.
¿Cómo perdemos movilidad en el cuello?
Voy a empezar comentando la manera en que perdemos movilidad y después veremos lo que podemos hacer.
– El motivo más frecuente por el que vemos limitaciones en el cuello es por la artrosis cervical. El desgaste de las articulaciones hace perder el cartílago que les permite deslizar unas con otras. Al avanzar la artrosis, se pierde la congruencia entre las superficies que se articulan. Otro fenómeno que se produce con el desgaste es el crecimiento de zonas de hueso que acaban siendo un obstáculo para el movimiento. A todo esto lo llamamos artrosis cervical o cervicoartrosis.
El caso habitual es de una persona con edad por encima de los 50 años que acude por dolor a la consulta. Cuando exploramos la movilidad del cuello detectamos que está severamente limitada con topes rígidos y no motivada por el dolor. Normalmente esta persona no se ha dado cuenta de que ha perdido movilidad. Al ser tan poco a poco, con el paso de los años, el afectado se acostumbra a sustituir los movimientos con otros gestos del cuerpo. Por ejemplo, si alguien le llama desde la izquierda, gira todo el cuerpo para mirar en vez de mover solo el cuello. Esta adaptación progresiva se hace de forma inconsciente y por eso puede no darse cuenta el paciente hasta que acude a una consulta.
– A lo largo de la vida es fácil que la mayoría de nosotros tengamos episodios de dolor cervical: Tras un sobreesfuerzo, un accidente o levantarnos un día con tortícolis. Al tener un dolor agudo nos podemos quedar bloqueados por el dolor y con importante limitación al mover el cuello. Sobre todo lo notamos cuando queremos girar el cuello y vemos que no podemos por el dolor que nos provoca. Quitando las lesiones graves que luego comentaremos, este tipo de dolencias pueden afectar a las articulaciones. La limitación que inicialmente es por dolor puede acabar dejando secuelas de movilidad.
– La cirugía de una hernia cervical consiste en quitar la hernia y realizar una artrodesis. Se pone un implante que sustituye al disco y que va a anular completamente la movilidad entre estas dos vértebras. Esto genera limitación de movilidad en el cuello aunque por sí solo no es muy significativo si está operado un solo nivel.
– Los accidentes más graves con fracturas y luxaciones a nivel cervical pueden requerir cirugías complejas y/o inmovilizaciones prolongadas. Esto puede dejar secuelas de movilidad inevitables, como es lógico. El nivel con mayor movilidad de rotación es la articulación entre la primera y la segunda vértebra cervical (entre C1 y C2). Aquí se produce la mitad del recorrido cuando giramos la cabeza.
¿Cómo evitar la limitación de movilidad en el cuello?
Voy a poner el ejemplo de un esguince cervical tras un tráfico para entender la lesión aguda. En este tipo de accidentes pueden sufrir los componentes de la articulación, como son los cartílagos y la cápsula que la envuelve, y los ligamentos que la estabilizan. La inflamación inicial no nos deja mover bien. Este periodo puramente inflamatorio dura 2-3 días. Durante este tiempo es adecuado el descanso y dejar el cuello tranquilo, incluso usando un collarín cervical si el dolor es muy intenso. Los días posteriores debemos comenzar a movilizar el cuello siempre que no haya una lesión más grave. Esto nos lo dirá nuestro médico. La lesión del los ligamentos o de la cápsula articular comienza su proceso de cicatrización. Si dejamos el cuello quieto durante este periodo, se formarán cicatrices en esta posición que luego dejarán secuelas de movilidad. Quizás las secuelas serán pequeñas tras un episodio pero la acumulación de varios episodios generará limitaciones más importantes. Para minimizar las secuelas es fundamental realizar ejercicios específicos. En el post del enlace podéis encontrar explicaciones de los ejercicios básicos para conseguir este objetivo.
La artrosis no se produce de la noche a la mañana, es un proceso lento que ocurre con los años. Se va a producir como resultado de la suma de nuestros genes y los hábitos de vida que llevamos. Las articulaciones se van desgastando con el uso al igual que lo hacen las ruedas de un coche. Si hacemos 150 km todos los días derrapando y corriendo a velocidades altas, las ruedas no durarán mucho ¿verdad? Nuestra genética determina la resistencia y durabilidad de los neumáticos por así decirlo y nos puede predisponer a tener artrosis antes. El resto depende de lo que hacemos a lo largo de nuestra vida. Influyen aspectos generales como el trabajo que realizamos y la suma de muchos detalles de cómo hacemos cada cosa de nuestro día a día. Recomiendo ir al post sobre la factura que paga la espalda y el cuello, donde lo explico con ejemplos.
Hay un detalle que une los dos puntos anteriores. Los traumatismos y los sobreesfuerzos que provocan inflamación y daño en las articulaciones del cuello aceleran el proceso de artrosis. El proceso de desgaste de una articulación será más rápido cuando esta ha sufrido un daño.