
A pesar de los diseños ergonómicos que vemos en la tele y los servicios de prevención que hay en las empresas, a día de hoy la mayoría de las personas se sientan de forma inadecuada al trabajar. Me refiero en el post de hoy a las sillas de oficina y el trabajo frente a la mesa donde habitualmente está el ordenador.
En posts anteriores hablaba de cómo sería una silla adecuada para el cuello y las posturas que se deben tener al ordenador. Estos dos posts se centran en lo que concierne a la columna cervical. De la zona baja de la espalda hablo en otros posts donde comento donde sentarse con dolor lumbar o explico los motivos del dolor al sentarse. En el post de hoy quiero dar algunos detalles más de en donde pueden fallar las sillas de oficina y qué podemos detectar antes de comprarnos una que no nos conviene. Recomiendo leer los posts de los enlaces antes de seguir.
La mesa y nuestro tamaño
A la hora de sentarse frente al ordenador, la silla tiene que poder adaptarse para estar lo mejor sentado posible. Esto es porque cada uno tenemos un tamaño y una forma diferente y porque no todas las mesas son iguales. La longitud de nuestros brazos y piernas hacen que cada persona necesite un ajuste diferente. Ante una silla que no se puede regular, solo unos pocos estarán en la posición recomendada.
La mayoría de las mesas tienen una altura bastante estándar y no suele ser un problema importante. Si la mesa es alta y tenemos que subir mucho la silla porque somos bajos, es posible que tengamos que usar un apoyo para los pies. Es una solución sencilla, esto no es un problema. En ocasiones el borde de la mesa es grueso y hay quejas de que los reposabrazos no entran debajo de la mesa. Esto hace que la persona note que no se acerca lo suficiente a la mesa y está incómodo. Una silla adecuada puede solucionar este problema como ahora veremos.
Ajustes de la silla de oficina
Un silla adecuada para trabajar al ordenador tiene que tener una serie de ajustes básicos. El más elemental es la altura del asiento. Esto debe ser así para colocarnos a la altura correcta frente a la mesa que tenemos delante y para ajustarlo en función de nuestra altura. Las caderas y las rodillas deben estar a 90º. Si queda muy alta la silla me colgarán los pies y debo usar un reposapiés. Si queda muy baja, las rodillas quedarán altas y sufrirá la zona lumbar.
La inclinación del respaldo debe poder regularse y tener consistencia. Un respaldo adecuado no está en posición vertical sino que debe estar reclinado unos grados, unos 10º habitualmente. Hay que tener una posición neutra tomando en cuenta la forma curvada de nuestra zona dorsal, por eso tiene cierta reclinación. Si estamos echados hacia adelante aumentaremos la presión sobre los discos lumbares. Si estamos demasiado hacia atrás, sufrirá el cuello. Menciono la consistencia porque en ocasiones me siento en sillas que, al apoyar el peso, ceden hacia atrás. Esto hace muy difícil regular la silla adecuadamente, es mejor que no ceda.
Uno de los elementos fundamentales para el cuello es el reposabrazos regulable. Lo más importante es la regulación en altura. Para estar al ordenador sin destrozar el cuello es importante que estén bien apoyados los antebrazos y que el codo no se separe mucho del cuerpo. Esto sólo lo podemos conseguir con un reposabrazos que pueda adaptarse a nuestros brazos. Hay un ajuste más del reposabrazos que puede ser importante y del que no he hablado hasta ahora. Es interesante que se pueda regular hacia adelante y hacia atrás. En la mayoría de los casos no será necesario este ajuste pero puede llegar a serlo, como voy a explicar ahora.
Antes decíamos que había personas que se quejaban de que el reposabrazos no entraba debajo de la mesa y que no se podían acercar bien. En primer lugar, meter el reposabrazos debajo de la mesa es un error. Si hacemos esto significa que no está a la altura correcta y que no nos estamos apoyando en ellos. El motivo de que muchas personas hagan esto es porque quedan sentados lejos de la mesa y tienen que echarse hacia adelante para escribir en el ordenador. Si el reposabrazos se puede regular de delante a atrás, esto se puede solucionar. Hemos hablado de apoyar el antebrazo en los reposabrazos pero también tienen que apoyarse las muñecas en la mesa o en la parte de delante del teclado. En personas con los brazos más cortos esta regulación del reposabrazos puede ser determinante. En otras ocasiones el problema está en que las ruedas de la silla chocan con las patas de la mesa y no entra bien. Esto tiene difícil solución y hay que tenerlo muy en cuenta antes de comprar una silla.