
La ciática nos viene un día de repente y, además de estar muy doloridos, nos vemos en una situación de incertidumbre. No sabemos si se nos quitará el dolor y no sabemos qué debemos hacer. Después vamos a internet o hablar con el vecino y nos quedamos peor. Nos hablan de la maldición de la hernia discal y nos vemos entrando en el quirófano. En este post quiero resumir el camino a seguir poniendo enlaces a algunos posts que lo explican.
¿Es realmente una ciática?
Lo primero que hay que ver es si realmente es una ciática. Cuando tenemos un dolor por la pierna una de las cosas que nos dicen o nos viene a la mente es la ciática, pero hay muchas otras posibilidades. Por eso, cuando tenemos una dolencia, siempre es recomendable una valoración médica para orientar el diagnóstico.
La ciática es un dolor eléctrico que baja por la pierna y que está causado por el pinzamiento de una raíz nerviosa que sale de la columna lumbar. Lo habitual es que sea una hernia discal el que pinza al nervio pero en algunas pocas ocasiones la causa será otra. Hay una serie de maniobras que realizamos los médicos para comprobar si hay ciática, la más conocida es la maniobra de Lasègue. En el post del enlace explico en qué consiste la maniobra y la diferencia entre una ciática y un dolor ciático sin ciática.
Ya sé que es una ciática, ¿ahora qué?
Una vez que sabemos que tenemos una ciática y que probablemente sea una hernia, ¿ahora qué? Afortunadamente la mayoría de las veces la lesión tiende a la curación por sí sola, es decir, sin tener que hacer nada especial. Nuestro organismo tiene sus mecanismos para sanar las heridas y la hernia discal no es diferente. En un post hablo de cuál es la evolución normal de la ciática (dejo el enlace).
Hay algunas ocasiones que, a pesar de que tienda a la curación, tenemos que actuar porque se está produciendo una complicación. En un post hablo de las complicaciones que se pueden producir cuando tenemos una ciática (dejo el enlace). En otras palabras mientras esperamos que nuestro cuerpo se cure, tenemos que vigilar que no tengamos una complicación. Dentro de las complicaciones lo más frecuente son las perdidas de fuerza en la pierna. Por eso el test de puntillas y talones nos da mucha información para controlar la evolución. En el post del enlace lo explico a fondo.
Durante la fase de recuperación en la que todavía tenemos ciática, el tratamiento habitual va a ser con medicación para aliviar el dolor. Todavía hay médicos, sobre todo de “vieja escuela”, que recomiendan el reposo absoluto en cama. En el post del enlace explico como hoy día se sabe que no es una buena recomendación.
Si tenemos una ciática sin complicaciones, tendremos medicación prescrita para el dolor y haremos la vida que podemos mientras nuestro cuerpo se va sanando. Cuando pasan las semanas y nada cambia nos entran las dudas. ¿Tendré que operarme de la hernia? En el post del enlace lo explico a fondo, pero básicamente si no hay las complicaciones que comentábamos antes, no es imprescindible una cirugía. Si el dolor se prolonga durante meses y la ciática no se quita, entonces puede ser que se convierta en recomendable. Básicamente son las complicaciones las que pueden precipitar una cirugía preferente.
La idea de este post es que cada uno pueda evaluarse y saber en qué situación se encuentra cuando sufre de ciática. Muchos de los comentarios que se hacen en los posts giran en torno a esto y he querido dejar este esquema para que quede algo más claro. Es muy importante la valoración médica pero no menos importante es que cada uno cojamos las riendas de nuestra vida y seamos consecuentes con nuestras decisiones.