
En un post anterior hablábamos de las particularidades de la columna dorsal. Esta parte media de la espalda tiene sus características propias que determinan en parte el tipo de lesiones que podemos sufrir. Vamos a ver las causas más habituales de dolor dorsal.
Dolor puramente muscular
Los dolores más habituales en la zona dorsal son por sobrecarga. La forma arqueada de la columna dorsal hace que los músculos que la sujetan en la parte posterior estén en constante tensión para mantener la postura. La gravedad nos hace tender a estar encorvados. La musculatura dorsal es la que nos mantiene la postura erecta y evita esto.
La sobrecarga puede ocurrir por varios motivos. Un factor es la falta de entrenamiento físico. La vida sedentaria no ejercita el aparato locomotor y debemos sacar tiempo para fortalecer la musculatura. Si no lo hacemos, cualquier exceso en nuestros hábitos diarios nos despertará sobrecarga y dolor. Un exceso puede ser algo tan aparentemente inofensivo como estar sentado varias horas seguidas. Otras veces estamos bien físicamente pero forzamos más allá de las posibilidades de nuestro músculos o abusamos de posturas inadecuadas. En ocasiones tenemos hábitos posturales erróneos que nos pueden estar dañando sin ser conscientes de ello. Hay otros factores que favorecen el dolor muscular como veremos a lo largo del post.
La frontera entre la musculatura cervical y dorsal no está bien delimitada al haber músculos grandes como el trapecio que recorren ambas zonas. Son muy frecuentes los dolores dorsales que comienzan en una lesión cervical.
Dolor articular
En la zona dorsal tenemos las articulaciones entre cada dos vértebras y las articulaciones con las costillas. Una inflamación en estas articulaciones provocará dolor localizado y se extenderá al provocar contracturas de la musculatura vecina. Estas contracturas y el dolor generado alteran la capacidad y la activación de los propios músculos estabilizadores y pueden convertirse en una fuente de dolor por sí mismas.
La inflamación de las articulaciones puede tener causas variadas. Procesos puramente de sobrecarga mecánica o desgaste pueden provocarla o deberse a procesos generales como una enfermedad autoinmune (por ejemplo la espondilitis anquilosante) o un proceso infeccioso.
Hernia discal dorsal
Las hernias discales a nivel dorsal son poco habituales en relación al resto de causas que pueden provocar dolor dorsal. También son menos frecuentes que las hernias que vemos a nivel cervical y lumbar. En cualquier caso ocurren y pueden dar sintomatología como explico en el post del enlace.
Deformidades vertebrales (hipercifosis y escoliosis)
La hipercifosis supone una curvatura dorsal más pronunciada, más convexa todavía. Al tener esta forma los músculos tienen que trabajar más para mantener la postura y se sobrecargarán antes. La sobrecarga continuada provoca contracturas y dolor muscular y, con el tiempo, hay mayor desgaste articular.
La escoliosis es una deformidad en la que existe una rotación de las vértebras. Esto hace que los músculos de un lado tengan una longitud en reposo diferente que en el otro lado. Esta asimetría hace que unos músculos trabajen más que otros y se pueden producir sobrecargas en zonas concretas que generen dolor.
Musculatura estabilizadora de la escápula y el hombro
Al levantar los brazos movemos la articulación del hombro. Para que esto sea posible, los omóplatos (escápulas) tienen que estar colocados en su sitio. Los omóplatos están sujetos por musculatura en la zona media de la espalda. Sobreesfuerzos realizados con los brazos pueden ocasionar dolor dorsal por este motivo. Cualquier alteración a nivel de la función del hombro puede provocar dolor dorsal por el desequilibrio muscular que provoca. Las alteraciones pueden ser lesiones tendinosas o incluso alteraciones neurológicas de la musculatura que participa en esta función.
Fracturas vertebrales
Parece evidente que una fractura en una vértebra dorsal va a general dolor pero no todas son tras un traumatismo importante. Las fracturas más frecuentes en la zona media de la espalda son los aplastamientos debidos a la osteoporosis.
Otras lesiones causantes de dolor dorsal
Hay causas locales de daño en la zona dorsal que son menos frecuentes y que pueden generar dolor.
– Tumores que afectan a las vértebras y las estructuras que la rodean. Aquí caben muchas posibilidades, desde procesos benignos hasta lesiones muy agresivas.
– Las infecciones. Éstas pueden afectar al hueso, como puede ser una tuberculosis, o a los nervios como puede ser un herpes zóster, entre otras posibilidades.
– Todo tipo de traumatismos pueden generar daño y dolor en la zona dorsal.
Daño que no está en la columna dorsal
El dolor dorsal no siempre está originado en la columna dorsal. Muchas de las estructuras que contiene la caja torácica y la cavidad abdominal pueden dar dolor irradiado a la espalda. Un ejemplo puede ser el reflujo y la gastritis que son problemas digestivos que pueden manifestarse con dolor y contracturas dorsales. Una disección de la aorta es una rotura interna en la arteria principal del cuerpo. Este es un ejemplo de una situación grave que puede comenzar con un dolor intenso en la espalda. Hay muchas otras situaciones posibles que el médico debe tomar en cuenta en una valoración.